En una junta con los vendedores, recordábamos como en Disney entras en un Mundo Mágico y todos los trabajadores se disfrazaban del papel que representaban.

Hablábamos de cómo en el trabajo de vendedores nos disfrazábamos para finalmente lograr nuestro objetivo. Queremos que nuestros clientes se sientan escuchados, divertidos y sobre todo apapachados.

Comentábamos cómo en el centro de nosotros finalmente somos amor.  Con el tiempo hemos sufrido y esa parte amorosa ha sido lastimada, traicionada y demás. Nos hemos disfrazado sobre la esencia de amorosos de otras cosas. De seguros, de estrictos, de controladores, de soberbios, de enojones y algunas cosas más .

Decíamos que la idea es volver a disfrazarnos de personas amorosas. De gente que escucha, que acompaña, que ayuda, de personas que tienden la mano, que confortan, que alivian, que curan y hasta salvan.

En una de esas este nuevo disfraz empieza a volverse parte de nosotros de verdad. En una de esas volvemos a lo que es nuestra esencia.

Fue una buena junta.

¿De que te disfrazas todos los días?

¿Te gusta en lo que te has convertido?

Tenemos  que ser conscientes de los disfraces que usamos y guardar en el armario todos aquellos que no nos gustan o no nos sirven.

Deja que las polillas se coman esos disfraces que no te ayudan para nada.

Saca aquellos que finalmente te hacen feliz a ti y a tus prójimos consentidos.

Nos deseo una buena «actuación».

Buen fin

JOF