Todos los domingos en uno de los parques de Shanghai ocurre algo interesante.

 Miles de padres o madres acuden con la descripción escrita en un hoja de su hijo o hija soltera y esperan “colocarlo(a)”. Sobre una sombrilla abierta y en el suelo, ponen una hoja con los generales del hijo(a) al que quieren encontrarle pareja.

Ponen su edad, altura, profesión, trabajo y cuanto gana al mes. Ponen si vive en un departamento propia o en uno rentado. Ponen un poco de lo que les gustaría que su pareja tuviera. No mucho. No vaya a ser.

Los padres toman en serio el que su hijo(a) se case. Después de los 30 años se ve muy mal que este soltero. “Es nadie en la sociedad” nos decía una madre que había viajado un par de horas para promover a su hijo que trabajaba en una fábrica de accesorios para automóvil y que ganaba unos 1,900 dólares al mes. “Espero que salga pronto” nos decía Ma Ling. “ Ya queremos a nuestro nieto  y la gente de nuestro pueblo ya comienza a murmurar”.

“ Los jóvenes ya viven juntos, pero no quieren casarse. Tenemos los padres que presionar para que se casen” -nos comentaba-. “ Finalmente se tienen que casar y tener un hijo; así funciona aquí.”

Cuando le preguntábamos si funcionaba la presión nos decía “ Por supuesto; aunque cada vez hay más divorcios. A los divorciados no se les ve tan mal. La gente ya está abierta a eso.”

Eso sí terminaba diciendo “ No pueden tener más de dos hijos en total con sus diferentes parejas .” 

Pareciera que el distanciamiento entre hijos y padres en cuanto a lo  que quieren es más grande que nunca.  Su educación ha sido muy diferente. Su cultura tecnológica y hasta su experiencía con la historia reciente ha sido otra.

Aun así, los padres de cada cónyuge potencial quieren trascender y dejarle sus posesiones , cariño y amor a su hijo(a) y a su nieto(a). Ese llamado y realidad es mucho más fuerte que lo demás.

Que opinas?

Saludos,