Hace unos días andaba haciendo algo de trabajo social en una comunidad muy pobre. Desafortunadamente, había muchos vicios entre la gente. Alcohol, drogadicción y demás…

Caminando a medio día por una de las calles llenas de miseria, un buen señor, ya pasado de cerveza, me preguntó que porqué llevaba yo un machete en las manos. Le respondí que no era un machete, sino un palo para ahuyentar a los perros. “¡Entonces me estás llamando perro a mí y a mi familia!”, me reclamó. Iba a empezar  a explicarle, a calmarlo, a dialogar con él, cuando de pronto e inspirado de no sé donde, me di la media vuelta y seguí mi camino. Solo por unos instantes escuché que porqué no me quedaba y hablaba con él y no sé cuanto más.

Entendí de inmediato y desde un lugar muy profundo en mi entendimiento que nunca debe uno discutir con un Borracho… Luego seguí pensando y me dije: “Tampoco vale la pena discutir con alguién necio…” y ya inspirado, me pregunté de verdad si valía la pena discutir con alguien.

Todos tenemos algunas personas con las que jamás tendremos la razón. Entonces, ¿Porqué caracoles seguimos intentando convencerlos con «mi razón»?

¿Es que «mi razón» es la válida?

¿En el fondo qué quiero demostrarme… o demostrarle…?

Espero tener en el futuro esa claridad para no discutir…. 

Con nadie.

Saludos equipo,

Un abrazo,

Jorge Oca