La computadora acababa de salir de la línea de producción. Era una computadora con líneas atrevidas y diseño precioso. Lo realmente increíble era lo poderosa y potente que era. Sin duda era la máquina más desarrollada del planeta. Estaba lista para realizar miles de cálculos, guardar millones de eventos y correlacionar cualquier cosa que el usuario quisiera. Estaba lista para correr, para volar y para crear.

Le faltaba algo importante a la computadora. No podía correr sin programas. Todos «los fierros» estaban listos; los discos duros, la memoria y los cientos de miles de millones de chips ultra desarrollados.

Pero sin programas, no era nadie. No podía servir. Así que los primeros siete años de vida, de esta querida computadora, sirvieron para cargar los programas. La computadora, en “estado de ser programada” observó, copió y aprendió de todo lo que las otras computadoras le mostraron, le enseñaron y ofrecieron. Ellas también habían sido programadas por otras computadoras.

Cuando la computadora cumplió mas o menos la edad para comenzar a realizar sus procesos de manera independiente, el estado de ser programada entro en fase de descanso. Para re-programar los programas iniciales, sería necesario un proceso diferente, a veces difícil y que requería mucha determinación.

La computadora ahora trabajaba en dos fases. La fase consciente en donde podía aprender, conocer, razonar y crear. Era una fase muy interesante, apasionante e increíble. El tema sin embargo es que la computadora solo operaba al día en un 5% del tiempo en este modo. El 95% del tiempo restante, operaba en el modo inconsciente o programado desde esos maravillosos primeros 7 años de su existencia. De manera no consciente, operaba todo el día en este modo. Al ser programada en modo de escasez, en modo de víctima o en modo de miedo, estos programas simplemente entraban en acción en los discos duros, chips, conexiones y demás. La mega computadora usaba los programas que tenía instalados y los resultados eran por supuestos esos. La parte consciente de la computadora entendía, conocía y aceptaba que debía y quería en su caso ser abundante, fuerte, saludable y agradecida, pero el modo inconsciente y programado, entraba en acción y hacía lo que fue programado para hacer.

Había casos en los que la computadora fue programada para atender, para agradecer, para crecer, para ser abundante, para disfrutar y para ser saludable. Los programas simplemente lograban que todo el poder del sistema los llevaran precisamente a eso.

Conocer con claridad que programas instalados tiene nuestra computadora no necesariamente es algo sencillo. Pareciera sin embargo que es algo importante por determinar.

¿Qué programas tengo instalados que me están ayudando?

¿Qué programas instalados no me están ayudando para nada?

¿Qué tengo que hacer, dónde puedo pedir ayuda para re-programar?

¿Te imaginas una vida en donde todos tus programas sean precisamente los que quisieras tener?

¿Y luego?…

¡Abrazo equipo!

Jorge Oca