Mateo 7  «No juzgues, para que no seas juzgado. Porque con el juicio con el que juzgues serás juzgado y con la medida con la que midas, serás medido.«

Richard Rohr, un fraile Franciscano sensacional, estaba dando una conferencia en una gran iglesia de los suburbios de Los Angeles. El padre Richard es una celebridad y muchas de sus pláticas están en YouTube, así que la iglesia estaba abarrotada.

Después de 20 minutos de plática, el querido sacerdote estaba empezando a hablar sobre como el juzgar al otro nos pone, o mas bien nos saca de la vibración positiva del amor, del agradecimiento y todas esas energías que tanto nos ayudan. El juzgar nos mete en el terreno preferido del ego en donde acaba con todos y, pretendiendo hacernos sentir mejores, nos hace separarnos de los demás.

“Les pongo un ejemplo; dense cuenta como algunos de ustedes, en el transcurso de estos veinte minutos, han pensado que estoy mas bajo de lo que esperaban, que cada vez estoy más pelón, que la plática de hoy no está tan buena y entretenida como en otras ocasiones, o que está muy liberal, o muy mocha, o que no están de acuerdo con tal o cual cosa. Así como están siendo conmigo, al juzgarme, así es como son con sus parejas, así es como son con sus hijos, así son con sus amigos y con sus compañeros de trabajo. Los escuchan, pero ya están pensando y juzgando. Su ego está a todo lo que da, criticando y censurando. Así como estás siendo conmigo, así eres con los demás. Déjenme decirles otra cosa, lo peor es que así son con ustedes mismos. Inconscientemente juzgándose en mucho de lo que hacen y de lo que no hacen. Todo el tiempo… ASI SON.«

Les pido, queridos hermanos, decía, que se hagan conscientes de como somos con las personas. No solo es cuando estamos con ellas. También sucede cuando las vemos. Nuestro ojo, junto con nuestro ego van diciéndonos: “ Mira esa gorda… ese está sucio… pero que facha… que fea persona… que morena… que … “

Hay días en que nuestro «juzgómetro» esta verdaderamente desatado. Hay temporadas en que está insoportable. Son épocas en donde de manera inconsciente, ese amor que tenemos dentro de nosotros pareciera que esta totalmente cubierto. Son épocas en donde no vivimos felices, no vivimos agradecidos ni amorosos. Sin duda que desde pequeños hemos aprendido este «juego de juzgar» y lo hemos aprendido bien. Lo curioso es que no nos ayuda para nada.

«Estén en todo momento pendientes de como anda su juzgómetro. Es un termómetro perfecto para ver si el ego esta a cargo de sus vidas o si el amor es el que brilla.»

Saludos a Richard Rohr y mucha energía positiva y amorosa…

Jorge Oca.