El perdón es probablemente uno de los temas más importantes que pueda aquejar la vida de una persona. La falta de perdonar o de ser perdonado es algo que puede afectarnos de manera importante.
Para los católicos, … perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden…, es un tema central de lo que creemos y profesamos. Sin duda que es una de las cosas en las que Dios es muy claro y hasta exigente. Perdona a los demás como yo te perdono. Es nuestro padre misericordioso y nos pide y hasta exige que seamos misericordiosos con los demás. Qué perdonemos.
Al perdonar, nuestra alma se aligera, nuestro ánimo se limpia. Nuestro propósito se reafirma. Nuestra energía se retroalimenta. Al ser perdonados, nos reencontramos con el camino del querer y ser queridos. De amar y ser amados. Al perdonar nos hacemos uno con Él que siempre perdona. Con Él que siempre ama.
Cuando NO perdonamos, nuestra alma permanece enferma y obscura. Nuestro ánimo no necesariamente es el mismo. Nuestro potencial se enfoca más bien al tema obscuro y negativo más que al luminoso y positivo. El amor se esconde y queda latente.
Aprendamos a pedir perdón. Acostumbrémonos a aceptar nuestras ofensas. O nuestras faltas de caridad. O nuestras omisiones; que en ocasiones son peores, o hicimos más falta. Muchas veces cuando mas nos necesitaban. Cuando mas se requería que estuviésemos.
Aprovecho pues para pedirte perdón. Perdón por mis actos. Por haberte lastimado con un comentario, con un hecho y con mi proceder. Te pido perdón. Te pido me perdones también por mis omisiones para contigo. Para cuando no estuve. Por cuando no quise estar. Por las veces que no me di cuenta. Perdóname.
Me parece también que nos debemos de perdonar a nosotros mismos. Aceptar que somos una mezcla preciosa de todos nuestros talentos y de nuestras fallas y desavenencias. El aceptarnos y lograr perdonar nuestros errores nos acerca a vivir mas en paz y retomar el camino de ser cada vez mejores.
Te perdono Oca, por ser a veces tan animal, egoísta y tonto. Está bien, porque también eres positivo, entrón y empático con los demás.
Te perdono a ti también, querido y querida por las veces en que me has lastimado, ofendido y omitido. Entiendo que todos nos equivocamos y lo dejo ir. Abro mi corazón y mi mente y dejo que esos recuerdos, que esos malestares y esos sentimientos negativos salgan de mí y vuelen y los deje ir. «Limpio mi casa» y hago espacio para que el cariño, para que el amor y para que mi Señor la ocupen. Para que así ilumine mi vida y la de los demás. Para que entonces mi propósito se cumpla mejor y más rápido.
Decido cambiar mis hábitos en cuanto a perdón y ser perdonado y así decido cambiar mi SER. Estos nuevos hábitos me harán una mejor persona. Una persona más ligera. Una persona más amorosa. Con la casa ( la mente y el corazón ) más limpios.
Se te quiere,
Jorge Ocaranza Freyria