Llegué bastante antes que lo normal al aeropuerto. Con eso de que uno no sabe si hacerle caso al Waze, siempre se toma uno bastante tiempo para cruzar a nuestra bella, complicada y cada vez mas insegura ciudad de México. Iba a registrarme sin equipaje, así que saqué en segundos mi pase de abordar en Interjet. Volví a ver a nuestros amigos de Mexicana con su eterna lucha y me terminé media botella que tenía de agua antes de pasar por seguridad.
La persona que revisa los pases de abordar y la identificación me esperaba en una silla de ruedas y me preguntó que si estaba de malas. Le contesté que de ninguna manera, que me estaba terminando algo de agua que traía. «Es mas,» le dije ; «Estoy maravillosamente “.
Revisó mi licencia como si fuera un “canis cabronis” y me dijo que si traía otra identificación. «¿ Otra identificación, para que otra identificación?.» Es que ésta ya esta vencida.» «Bueno, pero no voy a manejar el avión.» «Con esta identificación no puede pasar, se venció desde enero!!.» «Pero si desde enero he viajado muchas veces.» Así que me puse a buscar mi otra cartera, porque ahora hay que tener dos carteras cuando estas en México, para que si te asaltan en algún semáforo o demás, no te quedes sin dinero o identificaciones. Descubro que dejé mi segunda cartera en otra saco que traía y que lo había dejado en la oficina. ¡Chin caray! «¿ Y si me deja entrar ?». «No porque si se dan cuenta me regañan. » » No se preocupe, nadie se va a dar cuenta.» Hasta que finalmente le pedí : » ¿ Le puede llamar a su supervisor, por favor.?
Vino el supervisor, me confirmó que no podía pasar, pero que podía ir a la puerta 10 a la PGR y pedir un permiso para poder ingresar. Así que hablé para que me trajeran mi identificación de la oficina y cruzando todo el aeropuerto ( mientras buscaba otra entrada ) fui a sacar el mentado permiso.
Resultó que la sacada del permiso es algo fácil y rápido. Sacas en un local de la famosa puerta 10 tu CURP ( por 60 pesos ), llenas una forma que te sellan y con esa puedes entrar.
De regresa a las salidas nacionales me avisaron que no había habido tráfico y que mi cartera dos ya estaba en la puerta cuatro.
Justo antes de la puerta cuatro había un expendio de lotería y pensé para mi “ Que curioso que todo esto haya sido para que escoja un número y me saque la lotería”. Así que después de recoger mi cartera en la calle, volví y compré un número que «me dijo «, que sería el ganador.
El dia siguiente en Ixtapa, revisé con toda confianza mi número y con gran gusto comprobé que en efecto me había sacado un premio en el sorteo.
¿ Moralejas de la historia ? Yo digo que muchas.
Para empezar, siempre revisa cuando tus identificaciones se vencen.
Ten cuidado con los «canis cabronis». Muchas veces no cederán. Pero siempre hay premio después.
Para seguir, siempre hay maneras para resolver un problema que parezca de inicio, muy grande.
Finalmente, las cosas luego pasan porque hay un motivo mejor o mas importante para que sucedan. ¡ Que no se nos escape lo que el destino divino nos regala !
Contento de seguir escribiendo,
JOF
Diana Cecilia López
Muy buena historia del día a día. Gracias y… FELICIDADES!!!
Me gustaMe gusta