La oxitocina es una hormona producida por el hipotálamo. Ejerce funciones como neuromodulador en el sistema nervioso central modulando comportamientos sociales, sentimentales, patrones sexuales y la conducta parental. En el cerebro parece estar involucrada en la formación de relaciones de confianza y generosidad entre personas. Se le conoce también como «La Hormona del Amor».
En nuestra junta de ventas diaria, hicimos ayer una representación muy interesante sobre esta hormona y sus efectos. Una de las vendedoras cargaba una de las máquinas de termonebulización que utilizamos para sanitizar las habitaciones y demás áreas. La máquina tenía agua y el vapor que salía representaba en la obra a la Oxitocina.
En nuestros cuerpos, tenemos múltiples e importantes reacciones químicas que ocurren de manera consciente e inconsciente y que tienen consecuencia directa en nuestras vidas.
En la obra, un vendedor de gelatinas tropezaba y perdía su producto, su forma de sustento. Un espectador, desinteresadamente lo ayudaba a recoger y le daba algo de dinero para reparar el daño. Esta pequeña, pero gran muestra de afecto, disparaba la oxitocina en el que ayudaba. En la obra, la persona rociaba al buen samaritano con la máquina representando a la oxitocina
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La oxitocina genera sentimientos de confianza, de cercanía y de generosidad.
Una persona que era testigo de lo que sucedía, también era rociada por la oxitocina y esos químicos que su cuerpo generaba, le cambiaban su estado de ánimo, su vibración energética y la ponían en un estado anímico de querer continuar con esta cadena de favores, de generosidad, de amor.
En esta época de aislamiento, de incertidumbre y de miedo, pareciera que nuestros niveles de oxitocina y de generación de actos de generosidad andan casi apagados por completo. El dejar de tener contacto físico con los demás, nos han afectado en la producción de estos químicos. Pareciera que lo de hoy es alejarse de los demás para evitar cualquier posible calamidad. Hemos logrado sólo llegar a pensar en nosotros mismos y en los que son “mas vulnerables».
Por supuesto que no digo que no dejemos de cuidar a nuestro sistema inmunológico y que no dejemos de hacer lo que tenemos que hacer para cuidarnos. Pero no implica el que no detonemos nuestros niveles de oxitocina para que la confianza, la generosidad y la cercanía con los demás se detonen. Esos químicos detonan nuestros sentimientos, nuestra energía física que también atrae y repele infinidad de situaciones reales en los diferentes momentos de nuestro día.
No es tan difícil iniciarnos en esto de la producción de oxitocina y de la cadena de la confianza, de la cercanía y de generosidad. Todo empieza con un acto desinteresado de ayuda hacia alguien más. Una sonrisa, un cumplido, un buen comentario, un agradecimiento de corazón, un detalle, un Whatts, una llamada, un regalo, un hombro, escuchar atentamente, una buena propina, una ayuda al prójimo, un reconocimiento y tantísimas cosas mas que pueden detonar a tu hipotálamo, que bien podría iniciar una nueva etapa de producción constante y sonante de la famosa oxitocina.
¿Estás inmerso en un momento en donde tu oxitocina, la cadena de favores y de amor están mas bien en pausa?
Es momento de despertar…
Dá tus primeros pasos y sé muy generoso en esto de los actos desinteresados hacia los demás. En esto de la cadena de favores y de amor. En una de esas esto se convierte en la nueva Pandemia.
De nosotros dependerá.
Buen día.
Jorge Ocaranza Freyria
Anónimo
Imposible alejarnos de una sonrisa o de un acto generoso, acertivo comentario en favorecer con esto una Pandemia de amor,….saludos kokin!
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