El Doctor Radilla es una de las personas mas icónicas de Ixtapa y Zihuatanejo. Tal como mi padre que era médico, su vocación lo hacen visitar a enfermos a cualquier hora del día. En la playa las infecciones del estómago, del oído y demás lo hicieron conocer bien a muchísimos de nuestros huéspedes, colaboradores y por supuesto familiares.
“La jeringa más rápida del Pacífico” como cariñosamente le digo, nos ha hecho el tremendo favor de curar y salvar nuestras vacaciones en incontables ocasiones. Es alguién a quien queremos y respetamos mucho.
Hace cosa de dos semanas le solicitaron que hiciera pruebas rápidas a unos 300 colaboradores de un hotel vecino. Le tomó unos tres días hacerlas y otros más para darse cuenta de que había desafortunadamente contraído al bichito precioso.
Nuestro querido doctor tiene mas de 60 años y el Covid le pegó muy fuerte. Terminó en el hospital y con los días se puso muy grave. Tan grave que su hija Mariel llegó a temer seriamente por su vida. Tratamos sin éxito de conseguir unas cánulas para que pudiese respirar mejor. Rezamos mucho y pedimos de todo corazón que no se nos fuera. Cada llamada era como «una ruleta rusa» y el pronóstico era muy malo.
Su oxigenación poco, muy poco a poco fue mejorando y así milímetro a milímetro, el buen Doc fue regresando del inframundo. Según sus propias palabras, «La Bestia», refiriéndose a la muerte lo había visitado muy de cerca. El se había librado de ella.
Hoy por teléfono me dijo: “Hola amigo, aquí estoy”.
Le di la bienvenida de nuevo a este mundo y no pude dejar de pensar en muchas cosas.
¿Será que todavía tenemos muchos “pendientes” por arreglar, por mejorar, por vivir, por disfrutar en esta nuestra querida vida?
¿Nos sigue enseñando el bichito precioso a que disfrutemos, vivamos y gocemos de cada día en que seguimos vivos?
¿Nuestro Dios esta con nosotros TODOS los días de nuestra vida y con todo lo que tu quieras que sucede y puede suceder, nos cuida, acompaña y protege?
¿No tendríamos que vivir sin miedo, sin tanta preocupación y sin tanto estrés de repente?
¿En qué debemos de enfocarnos en nuestro día a día?
¿Qué es lo verdaderamente importante?
Yo quisiera decirte lo mismo que nos dijo el Doctor Radilla hoy que volvió a vivir:
¡Hola Amigo, Aquí Estoy!
Abrazos y saludos virtuales.
Jorge Ocaranza Freyria
Diana Cecilia López
Un gran gusto que el buen doctor Radilla haya superado esta peligrosa etapa. Alabado sea Dios.
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Fabiola Mercado
Fortaleza y Salud!!!
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Julio Velázquez
Un abrazo mi querido decir creo r y a seguirse cuidando
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