Martha llevaba unos 10 años con su restaurante. Estaba bien ubicado y la comida era buena. El servicio también era bueno. Los clientes regresaban y se la pasaban bien.
Sin embargo, Martha no estaba contenta. Había muchas cosas que no necesariamente le encantaban. Había tomado el restaurante ya en operación y ya existían muchas cosas operando que no necesariamente le gustaban, pero que funcionaban. Otras habían cambiado con hábitos y costumbres nuevas.
Martha era una buena persona y le gustaba que sus mandos medios opinaran y tomaran decisiones por su cuenta. Muchas veces ellos esperaban a tomar algunas decisiones porque Martha no les indicaba con claridad que era lo que quería. Otras veces cada uno «ponía de su cosecha» y entonces el resultado era bueno pero no necesariamente mágico y maravilloso. Como que era una mezcla y promedio de lo que todos decidían y metían mano. Por lo mismo el menú no necesariamente era espectacular. La calidad de los productos que se compraban tampoco. En el servicio habían algunas personas que no eran sensacionales. Los mismos jefes y gerentes hacían cosas que Martha no hubiese permitido.
Un buen día Martha hablaba con una muy buena amiga y al estar hablando de los temas que no necesariamente le encantaban, Martha descubrió que aunque su negocio era suyo, como que no había tomado el control total de él. Al no decidir y decirle a su gente precisamente qué era lo que ella quería, ellos llenaban los huecos que ella dejaba con decisiones que no les correspondían. Martha no les ayudaba con la claridad que requerían para hacer lo que tenían que hacer.
Martha «despertó» por así decirlo y entusiasmada se disponía a reinventar y redefinir su restaurante. Ella sabía con precisión qué era lo que quería. Ella sabía también sobre las muchas cosas que NO QUERIA para el restaurante, para ella y para su gente.
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Toma control de “Tu Restaurante”.
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Defínelo tal cual lo quieres. Hasta el último detalle.
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Transmite con claridad lo que quieres.
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Supervisa y empodera a tus supervisores.
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Verifica que sea como tú quieres.
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Pon tus estándares altos.
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De ninguna manera renuncies al alto nivel de tu sueño.
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Hazlo
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Disfrútalo
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Se feliz
Buen dia,
Jorge Ocaranza Freyria
Eduardo Cobián Portilla
Muy bueno y muy cierto
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