Estaba cómodamente sentado viendo una escena mas de una película de balazos e intrigas. Padrísima. Cuando de repente, una de mis hijas me dijo que tenía que salir inmediatamente a ver el atardecer. ¡No manches tu alma! Uno de los atardeceres mas espectaculares que jamás haya visto nos regalaba unos momentos maravillosos.
Así que literalmente con la boca abierta contemplábamos el espectáculo. Nos inundábamos de los brillantísimos colores, de la majestuosidad del evento y nos llenábamos de sentimientos increíbles. » Siempre que veo algo sí, siento que Dios existe, que nos habla y que nos recuerda que está ahí para nosotros», me dijo Pame.
Curiosamente en la semana había yo recibido un whatts en donde decía que el buitre, el murciélago y la abeja no podían escapar de recipientes abiertos (hacia arriba) o volar hacia arriba, aunque no hubiera nada que se los impidiera. Venía entonces la reflexión de que los humanos muchas veces no volteamos hacia arriba para resolver nuestros problemas.
Nos encerramos en nosotros mismos. No volteamos hacia arriba. Hacia Él que es quién nos da la vida. Nos mantiene en esta búsqueda que a veces nos hace perdernos y pensar que prácticas sin amor, sin voltear a ver al otro nos darán la felicidad.
Veía yo el atardecer y me daba un gusto enorme volver a sentirme pequeño y asombrado ante las maravillas de la naturaleza. Una luna llena increíble, el nacimiento de un niño, la naturaleza y tantos milagros que nos manda a diario.
Por un pelo de rana calva que me pierdo de esta maravilla. Por andar encerrado viendo mi tele que tanto me gusta.
El voltear la vista hacia arriba me recuerda que pertenezco a algo mucho mas grande que yo mismo.
Me recuerda que mi Creador es sin duda Todopoderoso y muy Amoroso.
Me invita a estar mas cerca de Él. Finalmente debo aceptar que sin duda requiero de dosis masivas de su amor y de su misericordia. Declaro que se las acepto sin recato y sin limite. Por la mañana, a medio día y por la tarde. OK, de noche también.
Eso de que sea Todopoderoso me viene sin duda de mucha ayuda. Él sabe tantísimos frentes que tengo abiertos en donde su ayuda me vendría mas que bien. En algunos casos es que me escuche, en otros el que me de un empujoncito ( a mi ) y en otros requiero de su intervención. ¡Pero ya!
Me queda claro que volteo muy poco hacia arriba. Pensar que esta ahí esperando a que levante la vista. A que volteé mi corazón hacia Él. Estoy cierto que los temas y asuntos serán mucho, pero mucho mas llevaderos con Su compañía.
¿Hace mucho que no volteas hacia arriba?
¿Te «duele el cuello» cuando volteas hacia arriba?
Supongo que podremos seguir volteando hacia adentro, hacia abajo y hacia nuestros queridos gadjets como la TV y nuestro celu. Espero por mi parte no perderme de muchos maravillosos regalos como los atardeceres, amaneceres, y demás.
Pero sobre todo de tener la certeza de que Él está ahí SIEMPRE para mi y para ti.
¡Solo hay que voltear para arriba!
Muy buena semana
JOF
Fernando Arnaiz Herrera-Lasso
¿Y por qué necesariamente arriba?
Eso fué lo que hundió a Galileo, la iglesia no podía admitir el heliocentrismo porque si la tierra se movía dónde quedaban el cielo (arriba) y el infierno (abajo), que era la tradición y el magisterio de la iglesia.
Creo que hay que voltear hacia adentro. La solución está adentro, así como los problemas.
Por lo demás tuvimos los rayos del sol reflejándose en unas nubes compuestas por cristales de hielo.
Saludos.
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