Esta Semana Santa fuimos a visitar un país dentro de nuestro país. Aún no se requiere de visa para entrar, aunque si es muy conveniente llegar con alguien que te conozca ya que será importante que te cuide. Segunda de Zapotal se llamaba la ranchería ubicada a una hora y media de Villahermosa, Tabasco.
Tierra bendecida en donde cualquier planta o fruto se da y lo hace en abundancia. Mango, plátanos, cualquier cítrico, cacao y muchas frutas que aún no conocíamos se daban en plenitud en cualquier lado. La fruta cae sobre las casas de los habitantes y mucha se desperdicia.
Lugar en donde Pemex llegó, ocupó, destruyó y salió. Dejando sin trabajo a toda un estado que se había acostumbrado a sobrevivir de lo que la gran empresa mal dejaba.
Los eternos grandes caciques de la zona han hecho también su labor. El pueblo está en condiciones lamentables.
La educación está a niveles realmente paupérrimos. Sin duda que el porcentaje de niños que siguen estudiando la secundaria es increíblemente bajo. No hay posibilidad económica en las casas para apoyar a los muchachos para seguir en el estudio.
Familias numerosas por doquier. Indices de violencia familiar y social increíblemente altos. El número de robos, secuestros y violencia sexual son apabullantes. La desesperanza es grande. La percepción de la realidad es clara.
Muchos se han escondido en vicios que los acaban y destruyen implacablemente a sus familias. La gente en general no fuma porque no le alcanza.
En esta situación nos encontramos con un pueblo amable y cariñoso. En donde la gente se ha organizado. Se solidarizan con la multitud de enfermos que no dejan de surgir por diferentes temas. Apoyan a los que no tienen que comer. Acompañan a las familias de los muertos. Llevan a cabo las celebraciones litúrgicas en las iglesias en donde los sacerdotes ya solo vienen si acaso una vez al mes.
Han sido bendecidos con las mejores tierras del mundo y viven una miseria galopante.
Nos han dado una gran lección de lo que una comunidad organizada puede lograr. Elegir entre ellos a su mesa directiva. Tener responsables en diversas actividades por realizar en la comunidad. Organizarse y llevar a cabo proyectos. Verlos atender y servir a la gente y no servirse de la gente.
Ahí, en donde lo importante se convierte en lo esencial; la solidaridad de la gente surge y brilla como una luz llena de esperanza.
Es como cuando un borracho ha tocado fondo. Decide por ese día no tomar más y ser un nuevo hombre. Pareciera que estamos cerca de tocar fondo. De que nos organicemos como grupos en la sociedad y no aceptemos más la corrupción – y otros temas – que tanto nos lastiman a todos.
Que participemos y pongamos nuestro granito de trabajo en bien de los demás. Que nuestra solidaridad ayude a aquellos que no han sido tan bendecidos. O hayan corrido con tanta suerte. O como lo quieras poner.
¿Cuantos países así tendremos dentro de nuestro país? Sobreviviendo en niveles de una desigualdad espeluznante.
¿Deberemos seguir haciéndonos de la vista gorda y medio siendo cómplices del sistema que de alguna manera nos viene a modo?
Nos está alcanzando esta situación.
Te propongo pasar de las palabras a hechos concretos. Te comparto una idea.
No a la corrupción. Decidiré poner mi grano de arena en este punto. Propongo hacer un programa que se llame “Finalmente el consumidor decide”. Y no es otra cosa que como consumidores compremos en donde no nos roben o donde no nos vendan cosas robadas. Como en las gasolineras.
Por medio de las redes sociales compartir que gasolineras venden litros de a litro y que no se sospeche que son de procedencia dudosa. Pienso que los jóvenes de todo el país ayudarán al ser involucrados en esto que debe ser de todos.
Ese será mi aportación y proyecto.
¿Cuál será el tuyo?
Buena semana.
JOF
Eduardo Cobian Portilla
Muy buena manera de empezar la semana. Saludos.
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