San Valentín y la tercera ley de Newton

Valentín llevaba un par de semanas en la cárcel. La humedad, la obscuridad y los olores habían sido insoportables. Ahora al parecer ya eran parte de su vida.

La angustia, la desesperanza y la incertidumbre querían apoderarse de él. Sin embargo les estaba dando una buena batalla. Lo increíble es que casi todo su enfoque y atención estaba en ayudar a la mujer que antes que nada necesitaba de su ayuda.

Era un religioso y cualquier tipo de sentimiento inadecuado estaba prohibido por su Orden. No es que sintiera algo masculino por ella; por lo menos no lo aceptaba. Pero al darse cuenta de que era ciega, la idea de poder hacer algo por ella fue en casi lo único que pensó.

Su vida fue siempre muy intensa . Le tocaría, por su lugar en su familia; unirse a la vida religiosa. Luego se dedicaría a promover el matrimonio entre los aún no casados. Y sin aun saber todavía cómo pasó, ahora estaba encarcelado y ante la inminente posibilidad de ser ejecutado por Claudio, el monarca actual.

Ahora sin embargo, en  lo único que pensaba era en ayudar a esta mujer ciega; hija del juez de la cárcel.

Valentin tenía muy claro que las coincidencias o situaciones en su vida eran más bien “Dioscidencias” y no solo las aceptaba sino que también las abrazaba como parte de su destino divino.

Mientras su familia y la orden religiosa movían todas sus influencias y relaciones por liberarlo, él le rogaba a Dios por que esa bella mujer recuperara la vista. De camino a su ejecución le entregaría a la mujer un papel con algo escrito.

Cuentan los que estuvieron presentes que justo cuando caía la cabeza del ahora Santo, la bella dama lograba recuperar la vista y leer el mensaje de Valentín. Lo que leería seria una lista de atributos que supuso eran de ella. Su corazón se conmovió profundamente  y a partir de ese día no olvidaría nunca que gracias al amor de esta persona ella habría recibido un par de regalos que cambiarían su vida.

Te propongo que en un papel le regales hoy a tu pareja una lista de atributos, calificativos y dones que – ella o él – tiene. Dice San Valentín que es milagroso hacerlo.

Newton también nos dejó un regalo por ahí: La Tercera Ley en esto del Cariño y el Amor:

» Siempre que un sujeto ejerce una fuerza de cariño o amor sobre un segundo sujeto, el segundo sujeto ejercerá una fuerza de cariño o amor de igual magnitud y en sentido contrario sobre el primero.»

Tu sabrás y decidirás entonces lo que quieras recibir en la vida.

¡¡Espero que sea mucho!!

Te deseo un día y una vida llena de milagros producidos por esta tercera ley.

Un fuerte y cariñoso abrazo.

JOF

2 comentarios sobre “San Valentín y la tercera ley de Newton

  1. Anónimo

    Está increíble!!! me fascinó la historia, y el Ícono de San Valentín está bellísimo, Además hoy comprendí que la ley de Newton, es también como… «cuando das, recibes», pero lo que se da, se recibe sin duda. «FELICIDADES!!!

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  2. Fernando Arnaiz Herrera-Lasso

    ¿Existió realmente?
    En caso afirmativo ¿cómo sabemos que estas leyendas no pasaron por la criba de Constanino y Lactancio a principios del S.IV?

    Saludos….

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