Las paredes frías de la Iglesia.

El pasado fin de semana estuvimos en una boda. Nos tocó una misa en una iglesia de pueblo; sobria, muros grandes, paredes blanqueadas y «santitos» en las paredes.

Al recargarme en una de las paredes laterales, sentí como el invierno que se acerca ya, ha absorbido todo el calor del verano y el frío de la pared se transmitía implacablemente. Me llamó la atención la capacidad que el muro tenía para  transmitir este frío que buscaba absorber mi calidez.

Photo by kira schwarz on Pexels.com

Me quedé como congelado con la frase : “Las paredes frías de la iglesia”.

Sin tocarlas, parecían muros cualquiera, pero al recargarme en ellas, el frío era completo. Un frío que sin miramientos, absorbía tu calidez. Pensé en lo que tomaría para calentar estas paredes. Supongo que un cambio de estación. O el que cientos de personas asistieran, estuvieran y su calor hicieran el trabajo. Se antoja monumental lo que se requiere para lograrlo.

Viene el invierno, así que supongo que sucederá lo inevitable. Poca gente seguirá asistiendo y las paredes se enfriarán aún más con el clima.

¿Habrá que esperar al cambio de estación? ¿ A que el Sol se acerque y transmita todo su calor, su amor y su esencia?

¿Habrá que permanecer alejados de las paredes?

¿Habrá que aceptar lo que es?

¿Habrá que estar pendientes de la fuente del calor?

Photo by Vladislav Vasnetsov on Pexels.com

¿Habrá que actuar como células que provenimos de Él y que vibramos como Él?

Estas paredes o muros helados luego observan y contemplan una cantidad increíble de penas y sufrimientos de tanta gente. Personas increíbles que han logrado que sus creencias los vayan controlando y hasta enfermando. Nuestra mente es tan poderosa que logra que nos curemos, pero también logra que nuestro estrés nos enferme. Logra que nuestras creencias y pensamientos negativos nos separen de la fuente y de nuestra salud y felicidad. Nos seguimos contando historias que nos creemos…

Logra que nuestros cuerpos “se enfríen” como estas paredes que me tocó tocar…

Que «nuestros muros» guarden y transmitan ese calor que tanto alegra, que tanto sirve y que es tan necesario…

Que los muros calientes se unan y que logremos calentar esas paredes de la iglesia que tanto ayudan y tanta falta hacen. Durante los inviernos, o en cada día de nuestras vidas…

Photo by Pixabay on Pexels.com

Un abrazo,

Jorge Oca

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s