El otro día tuve uno de esos días en donde te recuerda la vida que existen altas y bajas.
El día amaneció increíblemente bello en la playa. Corría por la ciclopista y luego decidía subir por un pequeño monte para lograr sudar un poco, exigirle a las piernas y lograr disfrutar de una vista preciosa de las bahías de Ixtapa y de Playa Linda. En la cima parecía que estaba uno de alguna manera alejado de todo y de todos y que el día sería perfecto. Nada cercano a la realidad.
Ya de regreso a la oficina, me esperaban temas variados. Decide la liquidación de un colaborador muy joven que murió por una enfermedad que aún no se determina con claridad. Firma lo que le tocará a otro que fue atropellado involuntariamente en el hotel y que sus familiares requieren cerrar el tema.
«Agradece el que hayamos estado muy cerca de las familias y que se les haya podido ayudar en todo el proceso y que se haya querido darle la vuelta a las terribles pérdidas sin otro tipo de acciones…»
Firma la reclamación para el seguro por todo lo que el reciente huracán destruyó. «Agradece el que no haya habido desgracias mayores con el personal.»
Autoriza los trabajos para las doce familias que tuvieron pérdidas importantes en sus patrimonios. Colchones, techos y demás en sus casas. «Agradece el que curiosamente tengamos colchones, refrigeradores y recursos para ayudar a nuestros compañeros de la familia del trabajo.»

Un cliente está en el hospital porque al estar tomado, se resbaló y golpeó en la cabeza. Otro cliente muy agradecido porque milagrosamente le conseguimos el tipo de insulina que requería; la camarista había puesto sin querer la medicina cerca del congelador y se había congelado. Otro cliente había golpeado a su esposa y ella se retiraba del hotel con sus hijos…
Ya para cuando me enteré de que unos niños cercanos a nosotros, han sufrido graves situaciones de violencia familiar, es que no pude mas. Esta violencia en la pandemia es un tema muy real y muy duro. Estemos pendientes para ayudar en lo que podamos.
Al final del día, ya terminando el recorrido a los restaurantes, me tocó presenciar la entrega de un anillo. Veía con mucha emoción al novio hincado frente a la novia y las lágrimas de emoción de ella. Todos aplaudíamos y yo pensaba en como Dios sigue creyendo en nosotros.

Supongo que Él confía, que esta vida, llena de puntos altos y algunos bajos, no nos separemos de Él y permanezcamos fieles a aquello que somos, a lo que creemos y por lo que vivimos.
Espero que tus días estén llenos de todo, que agradezcamos mucho los dones y bendiciones que tenemos y que sigamos siempre cerca de Él. Y que todos esos puntos bajos nos hagan ser mejores en muchos sentidos.
Bendecida semana.
Jorge Oca
Diana Cecilia López
Gracias George por compartir este día a día, que me emociona y me hace recordar los días que disfruté laborando en el desarrollo. Unos felices, otros no tanto y algunos verdaderamente difíciles. Un abrazo y todo mi reconocimiento por tu gran calidad humana. Con todo cariño.
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Anónimo
Y así…. Con la mirada puesta en EL
Gracias Compadre!
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