Limpia tu congelador.

Pancho salió de su trabajo justo cuando el sol marcaba el inicio de un nuevo día. Caminó entre las lanchas que llegaban de haber pescado toda la noche y logró comprar por unos pesos un buen huachinango. Llevaba varios días con el antojo y hoy se consentiría cocinándoselo. Llegó a casa, lo lavó y le quitó las escamas. Luego preparó esa salsa a base de ajo y chile ancho que su abuela le había enseñado. Estaba justo poniéndole la salsa cuando sonó su celular. Había ocurrido una emergencia en el trabajo y le pedían que regresara de inmediato.

El buen Pancho suspiró, puso su pescado en un plato y lo guardó en el refrigerador. Regresaría después a terminar con su ritual y a disfrutar de su apapacho culinario.

Eso ocurrió casi una semana después. La emergencia había sido en serio y el buen Panchito no había podido regresar a casa en casi 8 días. Había estado consciente de su pescado y comenzó a olerlo justo cuando abrió la puerta de su casa. Había logrado descomponerse y todo el refrigerador apestaba en serio “a madres”. 

Inexplicable, inconsciente o como sea, Francisco envolvió su pescado en papel periódico y lo metió en el congelador que en su caso, ocupaba toda la parte inferior de su gran refrigerador.

Ahí quedaría el apestoso y descompuesto pescado. No sólo inservible, sino listo para contaminar a cualquier comida que se pusiese junto a él. Pancho lo colocó hasta abajo y hasta el fondo, así que increíblemente permaneció en su congelador durante muchos años.

Por supuesto que durante ese tiempo, logró contaminar  a incontables paquetes, alimentos y «guardados» del congelador. Sólo bastaba que por falta de luz o de algún descuido en los años, el pescado contaminado, o mas bien esos restos nauseabundos contaminaran sin miramiento y con toda efectividad a lo que estuviese cerca.

El dichoso paquete perduró y “aguantó” innumerables medio limpiezas y «quasi orden» del buen congelador de Panchito. La verdad es que por ahí existían otros paquetes podridos.

  • ¿Cuántos «paquetes de pescado» podridos guardamos en “nuestro congelador”, en nuestro inconsciente?
  • ¿Cuántos paquetes apestosos y nauseabundos han logrado quedarse «en nuestro congelador» durante mucho tiempo y no los hemos sacado y puesto en el basurero donde corresponden?
  • ¿Porque no hemos hecho limpiezas mas a fondo y en una de esas contratar a expertos? A especialistas en sacar de nuestro congelador todo eso que no lo permite estar limpio, sin olores nauseabundos ni guardados y que contaminen otros temas buenos de nosotros.

Limpiemos nuestro subconsciente en dónde tenemos guardados varios paquetes nauseabundos que no nos permiten ser felices y que ocupan espacio que no les corresponde.

Decidamos, más que seguir viendo el porqué, el cómo y demás, el sacarlos y mantenernos mas ligeros, limpios y por lo tanto más felices.

¡¡Saca tu “Karcher” – equipo de alta presión para limpiar – y limpia tu congelador!!

P.D. Gracias a Gerardo Kuhlman por haberme referido la historia del buen Pancho.

Abrazo

Jorge Oca

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