Immaculée IIibagaiza no podía creer lo que su padre le pedía. Le decía que tenía que irse a esconder para que no la mataran en el genocidio que se desencadenó ese día en Ruanda, orquestado por el gobierno. “Solo accedí a hacerlo por respetar y honrar a mi padre” dice ahora Immaculée. Un muy buen amigo de su padre, de la otra etnia, escondió a «Imma» en un pequeño baño en donde ni siquiera cabía acostada. Al día siguiente trajeron a otras 5 mujeres. Imma aprendió que cuando piensas que las cosas están mal, se pueden poner mucho peor.
El dueño de la casa las encerró con llave y les dijo que sus hijos y habitantes de la casa no sabían que estaban ahí. Debían guardar completo silencio para que nadie se diera cuenta de que había alguien ajeno escondido en la casa. Les daba de comer cada tres días un poco de las sobras que sus hijos dejaban.
Día tras día, la desesperación, la angustia y la incertidumbre aumentaban, aunque paralelamente se iban acostumbrando e Imma se iba acercando a Dios a través de una Biblia que tenía a la mano.
Los de la secta Hutu que estaban asesinando a las familias enteras Tutsi empezaron a revisar casa por casa. Llegaron finalmente a donde estaban las cinco mujeres encerradas y rodearon la casa para evitar que cualquiera saliera. Luego fueron cuarto por cuarto buscando metódica y exhaustivamente en cualquier lugar. Revisaban hasta las maletas para que no estuviese ahí algún niño escondido. Imma rezaba y le pedía a Dios por un milagro. Cuando finalmente llegaron al baño, el líder Hutu de la búsqueda vio a los ojos al dueño de la casa y le dijo: “Finalmente tú estas con nosotros” así que dando media vuelta, dejaron la casa y siguieron con la siguiente.
Imma platica su historia llena de fe y comentando como cuando salieron después de 91 días, se encontraron con un país devastado por completo. Su familia había sido asesinada y su corazón estaba destrozado. No sabía ni en que pensar, ni por donde comenzar ni si quería seguir adelante.

Platica como es que llegó a perdonar – por el bien de ella misma – todos los sucesos. Mas que olvidar y dejar de condenar, el perdón le permitió poder seguir con su vida.
Terminó escribiendo “Sobrevivir para contarlo”, libro que publicaría y sería un best seller mundial.
Lo mas importante es que sería fuente de inspiración para muchas personas que estaban atoradas en sus vidas, porque no lograban perdonar a los suyos y vivían “encarcelados” por ellos mismos.
Imma ha logrado «salir de la cárcel» a la que ella misma se metió y condenó. Ha logrado inspirar y liberar a muchas personas con su historia.
Imma no deja de compartir su historia y su fe en Dios, entiende que todo lo que le pasó es por una Misión mas importante. El lograr cambiar, inspirar e impulsar a tanta gente en la Fe y en el Perdón.
Abrazo,
Jorge Oca