De repente me hice la pregunta el otro día; ¿Cómo te fue en el 2020? ¿Cómo te fue en el mes de diciembre? Las comparaciones y referencias hasta ahora han sido los presupuestos y los resultados de los mismos períodos de años anteriores.

Comparar peras con peras y manzanas con manzanas. Pero ahora resulta que las comparaciones en estos tiempos pues no aplican. Así que es importante y delicado que comparemos o midamos o evaluemos como nos va de acuerdo a parámetros nuevos. ¿Parámetros de positivismo? ¿Parámetros de tener en los negocios números negros? ¿Parámetros de no tener que despedir a nadie? ¿Parámetros de que nadie se enferme y Dios no lo quiera, que nadie la pase muy mal o se llegue a morir? Entonces la evaluación se puede volver subjetiva y dependiente de cómo nos sintamos en el momento.

En estas épocas de protocolos y de nuevos hábitos, me queda claro que el agradecimiento bien podría ser una parte fundamental de cómo nos podemos sentir y de cómo podemos afrontar nuestro día a día.
Existen los que agradecen por estar vivos, por que los suyos estén bien, con salud y en paz. Otros luchan por ser cada vez mejores, por sacar una mejor versión de ellos, por lograr que otros estén mejor. Otros mas se ponen continuamente metas altas y trabajan bien y bonito para cumplirlas. La lucha por destacar, por vencer a la complacencia, por no hacernos guajes o de la vista ciega ante las necesidades del otro. Estamos viendo que las palabras de otros incitan hasta la violencia. Sin duda que nuestros pensamientos nos pueden incitar a diversas actitudes. Hoy los invito a que generemos un nuevo protocolo de agradecimiento. Un hábito diario por dedicar unos minutos a agradecer por lo que tenemos, por lo que nos han prestado, por lo que somos, por quienes somos.
Hábito que nos centrará en estos tiempos en vivir cada día contentos, tranquilos, positivos, enfocados, disfrutadores y demás.

Te deseo un gran día y un gran año y te comparto una meditación de agradecimiento que escuché para que la pongas por las mañanas o cuando lo requieras.
Saludos
Jorge Oca