Haber tenido dos padres médicos me hizo desde chico conocer el valor tan grande que los placebos tienen. Mi papá y mi mamá me platicaban de innumerables veces en donde el placebo ayudaba a la mente del paciente a materialmente curarse.
Joe Dizpensa nos platica sobre un estudio que se realizó con un grupo de personas en diferentes etapas de depresión. Sorprendentemente el porcentaje de personas enfermas que salieron de la depresión utilizando estos placebos fue del 81% !!. Es increíble como un chocho de azúcar, una inyección salina o una cirugía o terapia falsa solo sirven para detonar nuestro sentido innato de curarnos.

Increíble cifra que nos permite darnos cuenta sobre cómo la medicina más efectiva existe de hecho dentro de nosotros.
Los tres estados claves para lograr la curación son :
ACEPTAR CREER RENDIRNOS
El placebo funciona en base a la CREENCIA de que nos va a sanar. Recordemos que nuestras creencias se basan en Experiencias anteriores. Experiencias que nos han marcado neurológicamente y que nos han condicionado. Pensamos y sentimos en base a la biología de nuestras experiencias pasadas.
Cuando pensamos y sentimos y volvemos a pensar y a sentir creamos actitudes. Cuando juntamos actitudes formamos creencias. La creencia es entonces un pensamiento que repetiste «N» veces. Nuestro cuerpo se programa de acuerdo a esa creencia en una manera de ser.
Todas nuestras creencias son un estado inconsciente de nuestro Ser.
Todos tenemos creencias – inconscientes – sobre Dios, la salud, el dinero, el amor, las relaciones, las cuales han sido programadas en nuestro subconsciente. Las creencias forman nuestras percepciones y son éstas las que definen lo que escogemos, decidimos, las relaciones que tenemos y hasta como nos comportamos.
Si estamos programados para que nos tengamos que tomar algo “exterior” para que nos sanemos, entonces será algo que necesitaremos.
El placebo nos muestra qué tan programados estamos inconscientemente.

Me encanta el estudio en donde a un grupo de asmáticos les daban una medicina que PROVOCABA asma y les decían que era una medicina que lo que hacía era CURAR el asma. Sorprendentemente el 50 % de los pacientes no mostraban ninguna reacción al vaso constrictor.
El pensamiento, la creencia y el rendirse al medicamento fue mas poderoso que el químico contrario.
Si nos cae el increíble «veinte» de que tenemos la capacidad innata de sanarnos, podremos empezar a generar nuestras medicinas internas para el dolor, para la depresión, inflamación o lo que sea.
¿Te imaginas?
Bonito día,
Jorge Oca