El Abrazómetro

El abrazómetro es un medidor que tenemos convenientemente instalado entre el corazón, uno de los lóbulos del cerebro y donde nuestra alma descansa en nuestro cuerpo. Sirve para medir la cantidad de abrazos que hemos recibido y entregado a otros. Una alta medida en el abrazómetro por lo general determina una buena salud física y emocional. Las personas con altas lecturas son productivas y sobretodo muy felices y  tienen niveles muy bajos de enfermedades. Múltiples estudios muestran que en bajos y muy bajos niveles de lecturas en el abrazómetro – sobre todo en largos períodos de tiempo – pueden afectar de manera importante la salud en las personas.

Ayer que finalmente pude ver  de nuevo a mi mamá, me di cuenta que su abrazómetro andaba con lecturas bajas. Ha estado acompañada y super atendida por mis hermanas y sus cuidadoras, pero de repente me dijo:  “Necesito que me abracen”.  Todo mundo está presente, pero manteniendo una distancia para no llegar a contagiarla. Que terrible.

Uno de los efectos más negativos de este aislamiento es que nos hemos separado físicamente de propios y de ajenos y nuestros “abrazómetros” muestran niveles no vistos en toda nuestra vida. Ya no está ni en rojo, está en morado tendiendo a negro.

Nuestra salud emocional es la mas afectada. Nos falta sentir el abrazo y apapacho de los demás. A ellos también les hace falta sentirnos a nosotros. Se está haciendo una pandemia de falta de abrazos y nuestros abrazómetros están a punto de descomponerse por falta de uso.

La falta de contacto físico también está generando cambios que se notan en los demás. Aislamiento, tristeza, colitis, insomnio, enojo, desesperación y muchas cosas mas. Todos lo sabemos y hacemos como que no pasa nada, pero en verdad que se extraña el abrazar a amigos, familiares y a tanta gente querida. Decirles que se les quiere, que todo va a estar bien y que ya viene la luz, el calorcito y la recuperación. Se extraña también el ser abrazado.

Mas que proponer que todos mandemos al carambas el aislamiento y demás – que por supuesto no es recomendado – propongo para empezar, que estemos conscientes que nos hace falta a nosotros y a los demás este contacto. Sin duda que los especialistas nos confirmarán todos los químicos que secretan nuestros cuerpos al tener contacto físico y el efecto positivo en nuestra salud física y mental. Lo que propongo es que sabiendo de este faltante, que usemos métodos alternos para “abrazar” a los demás.

Tenemos teléfonos, whatts, ingenio y creatividad para hacer sentir a los demás el que son queridos.

La vida ha seguido, por supuesto y muchos hemos perdido a seres queridos, nos hemos enfermado de otros temas y «nuestras cruces» nos siguen acompañando en esta maravillosa vida. Requerimos pues que nuestro abrazómetro tenga «las mas rayas verdes» posibles.

Estemos conscientes de esta falta generalizada de abrazos y “abracemos” creativamente a tantos que tanto lo necesitan y necesitamos. Proponte unos 10 abrazos virtuales y físicos al día. Remedio seguro para que tu abrazómetro empiece a marcar algo y no vaya en una de esas a estropearse o descomponerse.

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Por lo pronto te abrazo virtualmente con cariño desde aquí y mirándote a los ojos te digo que todo va a estar bien.

Buena semana.

Jorge Ocaranza Freyria

2 comentarios sobre “El Abrazómetro

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