Veía en un episodio de una serie, como un doctor le decía a su paciente con un cáncer terminal, que podría hacer una operación muy complicada y que había una pequeña oportunidad de que le pudiese salvar la vida. Sin embargo el doctor le advertía al paciente, que tenía el riesgo de morirse en la operación y que el paciente debería soportar muchos meses de gran sufrimiento, dolor y agonía. La operación fue un éxito, y el paciente se revolcaba del dolor cuando finalmente despertó de la anestesia. El doctor, tomándolo de las manos le decía: “Ahora te toca la guerra contra este dolor, sin embrago es un dolor de curación, es un dolor con sabor a victoria. No se quita, duele y duele mucho, pero has vencido, hemos vencido al mal mayor.»
Así vi a mi madre el día de hoy. Quejándose lastimosamente por el gran dolor cuando se movía. Sin embargo ahora entiendo que es un dolor que proviene de haber tenido éxito en lo que se buscaba. Es un Dolor de Sanación.
No puedo dejar de pensar en Jesus Cristo, cuando gracias a su muerte y a su gran dolor nos trajo la salvación y la sanación. El mas grande ejemplo de un Dolor de Sanación.
El Dolor de Sanación de aquella mujer, o de aquel hombre que finalmente dejan a su pareja. Ese dolor que entumece, que no deja respirar, pero que en el fondo es un Dolor de Sanación.
Aquel dolor de aquella familia que finalmente le ponen un alto a aquél miembro que gracias a su adicción ha deshecho y vuelto a deshacerlos a todos. Dolor de Sanación.
Dolor de Sanación de aquella sociedad de negocios que finalmente se disuelve y que aunque habrá que trabajar años y reparar los enormes daños, finalmente trae la paz y un mejor camino a los socios.
Ese Dolor de Sanación que quisieran tener muchos que tienen una enfermedad que les atormenta todos los días. Que aún no encuentran, o un diagnóstico acertado o una cura efectiva.
Buscamos también el Dolor de Sanación para nuestra Patria que sufre de tantas injusticias, diferencias increíbles e inseguridad.
Deseamos el Dolor de Sanación para nuestras mujeres maltratadas, para los niños olvidados, para los ancianos abandonados, para todos aquellos que son despreciados y que su raza es motivo de tantas injusticias.
¿Cuántos quisiéramos ese Dolor de Sanación que finalmente fuera el símbolo de habernos liberado de una enfermedad, de una gran adversidad o de un infierno en esta tierra?
Hoy nos unimos en oración por todos aquellos que sufren de ese Dolor de Sanación y también por todos aquellos que aún no han tenido la fortuna de haberlo logrado o conseguido.
Un abrazo muy cariñoso,
Jorge Ocaranza Freyria