Susana finalmente llegaba de trabajar a su casa y aventando sus zapatos se dejaba caer frente a su televisor. Acababa de cumplir 80 años y seguía repitiendo su rutina de llegar a casa y «soltar» el estrés del día.
Se daba cuenta de que los momentos «mas disfrutables» de su vida sucedían cuando «trabajaba duro» y «se divertía duro» también. Aún ahora, a la edad en donde muchas gentes se retiraban, trabajaba largas horas, está inmersa en múltiples proyectos y encuentra tiempo para viajar, para socializar y para la familia. Cuando le insisten en cuándo se va a retirar, ella evita contestar. Cuando tu trabajo es tu juego, cuando tus actividades conectan con tus valores — ¿Porque deberías de querer retirarte?
El retiro es lo opuesto a trabajar y divertirte duro. En la vida, todo sigue el principio de “lo que no se usa, se atrofia”, el retirarte puede traerte profundas pérdidas. Pérdida de acondicionamiento físico, pérdida de la cercanía con tus seres queridos y pérdida del esfuerzo creativo y productivo.
Mucho de convertirte «en viejo» es el resultado del des-uso. Tristemente, con el deterioro físico y mental, también experimentamos un deterioro espiritual. Así como una mente y un cuerpo vigorosos pueden hacernos acceder a nuestro espíritu, la falta de retos físicos y de nuevos conocimientos puede hacer que nuestro espíritu decaiga. Muchos retirados han entrado a un estado de confort, de apapacharse, han dejado de aprender, han dejado de crecer y han dejado de contribuir al mundo. La rutina los alcanza y al estar centrados en ellos mismos, se pierden de esta vida maravillosa que les ha sido regalada.
Mas que buscar una vida de recreación, hay que vivir una de Re-Creación, de volver a crear. Si el único propósito de trabajar duro es después no trabajar, entonces nuestra recompensa sería convertirnos en viejos – lo opuesto a renovarnos – .
Para muchos de nosotros, el trabajo tiene períodos de creatividad estimulante y otros de rutina aburrida; episodios de sentirnos realizados y otros mas de frustración. Muchas veces nuestro trabajo no se siente como juego. Muchas veces se siente como … trabajo.
Leí sobre un equipo de basketball que siempre tenía un muy buen tercer cuarto, debido a sus excelentes descansos de medio tiempo. No sólo revisaban temas técnicos de lo que habían hecho mal, sino que sobre todo reconocían lo que habían hecho bien. Trabajo sin períodos de alta calidad de no-trabajo nos garantiza resultados malos.
Por eso existen los tiempos de ir a comer, los fines de semana, las vacaciones. Para que “juguemos”, nos divirtamos y encontremos nuestra parte espiritual. Esa parte que le da significado a nuestra experiencia de existir y que nos conecta con la «Fuente de Significado y Propósito». El Juego Espiritual es entonces contemplar la revelación de esta profundidad.
La trampa en la que muchos de nosotros caemos es el usar nuestro tiempo de re-creación en tiempo de puro descanso. Dejamos de hacer. Descansamos, vemos la televisión o nuestro celular, dormimos un poco más. Lo cual es bueno y necesario — ¿Pero eso nos renueva? Si solo alternamos entre trabajo y no-trabajo nos perdemos de encontrar y desarrollar la energía positiva del juego. El tiempo que pasamos con nuestra gente en Juego Social. El tiempo que utilizamos para utilizar, ejercitar nuestros cuerpos es Juego Físico. La Creatividad es el Juego con ideas y materiales y como decíamos, el meditar sobre «El Bien que Creamos» — Apreciación — es una forma de Juego Espiritual.
¿Qué tan «Duro» estás trabajando?
¿Qué tan «Duro» estás jugando?
¿Andas actuando y viviendo como «un retirado«?
¿La falta de Re-Creación, de volver a crearte te está metiendo en una rutina en la que sólo piensas en tí y has dejado de exigirte, de impulsarte a trabajar y jugar duro?
Buena Semana
Jorge Ocaranza Freyria