Estaban El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo reunidos en su tradicional junta de consejo de fin de año. Como siempre, los reportes sobre sus queridos hijos, eran muy detallados y muy completos.
Las tendencias de las gráficas eran alarmantes. El egoísmo, la soberbia y en general la falta de amor y de compromiso con los demás estaban llegando a niveles muy bajos. Con respecto al mundo que ellos les habían asignado a sus hijos, también lo tenían muy descuidado, abandonado y en lugares hasta destruido.
Estaban sorprendidos, alarmados y sabían que lo que vendría como consecuencia directa de los actos de sus queridos hijos sería intenso.
El Padre movía su cabeza de lado a lado y volteaba a ver a los demás en busca de consuelo y de algunas ideas para seguir ayudándolos y apoyándolos. «Esto que está por empezar los va a «sacar de su zona de confort». Esperemos en Mí que sus mentes y corazones se vuelvan a alinear. Me gustaría mucho que sus prioridades se re programaran en beneficio de ellos y de sus hermanos. Su linaje es Divino y se han comportado de manera muy diferente.»
El Espíritu Santo comentó: “Va a ser un proceso en donde pasarán varias cosas. Algunos sacarán lo mejor de ellos mismos y seremos testigos de verdaderos milagros de amor. Aportarán, cuidarán, ayudarán, curarán, atenderán y acompañarán. Serán dignos representantes nuestros en la tierra con sus hermanos. Otros seguirán en lo mismo y hasta mostrarán sus lados más oscuros. Veremos también temas dolorosos, actitudes de desamor. La batalla será intensa. Ahí estaré, acompañándolos en las buenas y en las malas.»
Todos sabían que Él Espíritu Santo tenía razón y que el proceso sería doloroso pero sin duda provechoso.
El Hijo terminó diciendo: «Estoy seguro que veremos el inicio de acciones llenas de Amor, de Generosidad y de Solidaridad. Junto con los ángeles y con Mi Madre estaremos especialmente pendientes de todos ellos. Como Buen Pastor, los conozco bien, confío y espero mucho de ellos.
Y así, los tres, llenos de amor se dispusieron a seguir muy de cerca a sus muy queridos hijos en esta etapa tan especial de sus vidas.
¿Sigues «paralizado o congelado» por todo lo que estamos pasando?
¿Que te gustaría aportar para ti y hacia los demás en estos tiempos?
¿Estás preparado para que tu Linaje Divino brille e ilumine a los demás?
¿Estás siendo un digno representante de Ellos y se sentirían orgullosos de ti?
Saludos
Jorge Ocaranza Freyria