Mi Terapeuta para tratar la adicción a mi celular.

Hace un par de días, tuve una pesadilla terrible. Una pesadilla en donde sentí una angustia espantosa. Tenía un cambio de planes imprevisto y el caos se me presentaba. No lograba poner orden en mi cabeza ni en mis pensamientos. No lograba coordinar mis ideas porque mi cadena de pensamientos y de  procesos ordenados se estancaban de repente.

Mi celular se había estrellado y estaba totalmente inservible.

Tenía que pedir un Uber, buscar un taxi o hablarle a alguién para que me pudiera recoger y llevar a mi destino y no podía. ¿Y mis contactos? ¿Y toda la información que tenía? No podía avisar que probablemente no llegaría al aeropuerto y que tendrían que irse sin mí. No podía checar si el vuelo iba a tiempo o si podría hacer reservaciones para mas tarde. Estaba solo, perdido y como buena pesadilla sin esperanzas, las primeras personas que pude contactar no tenían celular o servicio y no me podían ayudar. La pesadilla continuaba complicándose, por supuesto conforme iban avanzando los capítulos y me iba sintiendo cada vez peor. Literalmente llegaron al final de la pesadilla dos perros a querer morderme o a no sé que y terminé llorando con una angustia lastimosa.

Ya despierto, pensaba en cómo las pesadillas iban cambiando en nuestras vidas. De pequeño me perseguían ladrones que querían “robarme”. Luego soñaba que se metían a casa de mis papas y yo intentaba defenderlos con alguna escopeta que no servía. Por supuesto que las típicas pesadillas en donde se muere alguién querido. Pero eso de andar ahora teniendo pesadillas con lo de perder mi celular me puso a pensar en serio.

Ariana Huffington nos dijo en una de las conferencias de WOBI, que los efectos negativos de los celulares son aún desconocidos para nuestra generación. Arianna nos decía que las afectaciones a nuestros niños y jóvenes podrían ser muy grandes y hasta ahora desconocidas. Efectos físicos y sicológicos. Nos sugería y hasta rogaba que hiciéramos conciencia de esto y que lográramos hacer varios pactos con nosotros mismos. Desconectarnos del celular para temas de trabajo cuando lleguemos a casa, o ya de perdida  cuando nos fuéramos a dormir.

Nos decía que ahora hay mucha gente que de verdad no logra desconectarse y literalmente duerme con el celular. Nos sugería que no metiésemos los celulares a juntas de trabajo, a comidas en casa y a toda una serie de eventos en donde no nos permitía estar ahí presentes. Muchas veces es una verdadera falta de respeto hacia los presentes el que no logremos desconectarnos y que no logremos conectarnos con los que están ahí. De por sí estamos cada vez menos tiempo con familiares y amigos y pareciera que el dichoso celular logra que no estemos ni al 10%.

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Me queda claro que la modernidad nos traerá nuevos trabajos que antes no existían ni pensábamos que pudieran existir. Estoy buscando una Terapeuta en Adicciones al Celular para que me pueda aliviar esto que ya cargo en mi subconsciente y que mis futuras pesadillas sean mas llevaderas. Creo que la primera generación saldrá en un par de años. Aquí la espero, pensando por lo pronto en tener conmigo otro teléfono como repuesto por si algo le llega a pasar al primero.

Saludos,

Jorge Ocaranza F.

2 comentarios sobre “Mi Terapeuta para tratar la adicción a mi celular.

  1. Anónimo

    Primero, deseo felicitarte por la publicación de tantas reflexiones tan profundas y asertivas. En el tema que se señala, quiero disgregar con respecto a o que asevera Ariana Huffington en que los efectos negativos del uso del celular no son apreciables. Creo que SÍ son apreciables. He visto a demasiados padres usar el celular como un sustituto de niñera para que los niños pequeños no manifiesten sus incomodidades. Simplemente seleccionan un canal de vídeos infantiles y se lo plantan al niño. Obviamente que no hay ningún filtro que valore la conveniencia de información a través de este medio. Veo con tristeza que los niños de ahora, permanecen hipnotizados ante las imágenes coloridas de una tablet. ¿Esto no tiene efectos? Claro que sí. No hay ninguna comunicación real, ni convivencia con los hijos, ni entre los hijos. Es una tristeza contemplar que la algarabía natural de un infante es coartada por la imposición de un aparato -una forma «elegante» de decirle al niño «no me molestes»-.
    También he visto como gloriosos atardeceres dorados, que son pródigamente exhibidos por la naturaleza, son ignorados porque los posibles espectadores están inmersos en las imágenes o en los mensajes de sus ordenadores, tablets o celulares. Vamos paulatinamente perdiendo la conciencia del aquí y del ahora, para centrarla en considerar cosas que ni siquiera tiene que ver nada con la realidad.
    Indudable es la utilidad de esta tecnología cuando se usa como una herramienta, pero cuando conectamos la mente al aparato, perdemos la capacidad de pensar, de crear, y de comunicar. Un saludo a todos.

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  2. Anónimo

    Primero, deseo felicitarte por la publicación de tantas reflexiones tan profundas y asertivas. En el tema que se señala, quiero disgregar con respecto a o que asevera Ariana Huffington en que los efectos negativos del uso del celular no son apreciables. Creo que SÍ son apreciables. He visto a demasiados padres usar el celular como un sustituto de niñera para que los niños pequeños no manifiesten sus incomodidades. Simplemente seleccionan un canal de vídeos infantiles y se lo plantan al niño. Obviamente que no hay ningún filtro que valore la conveniencia de información a través de este medio. Veo con tristeza que los niños de ahora, permanecen hipnotizados ante las imágenes coloridas de una tablet. ¿Esto no tiene efectos? Claro que sí. No hay ninguna comunicación real, ni convivencia con los hijos, ni entre los hijos. Es una tristeza contemplar que la algarabía una tablet. ¿Esto no tiene efectos? Claro que sí. No hay ninguna comunicación real, ni convivencia con los hijos, ni entre los hijos. Es una tristeza contemplar que la algarabía natural de un infante es coartada por la imposición de un aparato -una forma «elegante» de decirle al niño «no me molestes»-.
    También he visto como gloriosos atardeceres dorados, que son pródigamente exhibidos por la naturaleza, son ignorados porque los posibles espectadores están inmersos en las imágenes o en los mensajes de sus ordenadores, tablets o celulares. Vamos paulatinamente perdiendo la conciencia del aquí y del ahora, para centrarla en considerar cosas que no tienen que ver nada con la realidad.
    Indudable es la utilidad de esta tecnología cuando se usa como una herramienta, pero cuando conectamos la mente al aparato, perdemos la capacidad de pensar, de crear, y de comunicar. Un saludo a todos.

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