Lola y Mushu.

La casa de una amiga entró en reparaciones mayores. Así que nos pidieron que sí cuidábamos a “Lola”, su pequeña perrita maltesa. Así que un martes cualquiera, Lola llegó a la casa. Olía no muy bien así que la bañamos y nos dimos cuenta de que estaba llena de nudos imposibles de desenredar. Lola terminó rapada y aquí entre nos quedó horrible. Si sus dueños la vieran les daría un ataque masivo. Pero gracias a Dios que no estaban y nosotros, la verdad es que nos reímos mucho del gran cambio de la perrita.

Al conocer a Lola, nos llevamos una gran sorpresa. Lola es en verdad muy cariñosa y amorosa. Tiene una campanita en el cuello y vas escuchando como te sigue por la casa. Si te pones a ver la televisión, Lola se sienta junto y se acerca hasta hacer contacto contigo. Pareciera que es feliz contigo. Se sienta junto a nosotros y nos acompaña en la comida. Un dia que estaba tomando una siesta, la escuché como se subió a la cama y se acurrucó junto a mis pies. Increíblemente deje que la perrita se quedara ahí.

Tenemos otro perro que se llama Mushu. Está guapo y hasta ahora nos parecía que era lo máximo. Nos hemos dado cuenta que más bien es algo mamón. Eso sí, con el jamón si que viene y te saluda y está contigo.

¡Qué gran lección me ha dado Lola! Pienso que todos tenemos “Una Lola” dentro. Es nuestra parte cariñosa o amorosa. Cuando logra salir; ayuda, enamora y consigue lo que quiere. Ilumina, disfruta y hace felices a los demás. Sin embargo muchas veces nuestra “Lola” interna está encerrada, dormida o de plano amarrada. Pareciera que mas bien somos como el Mushu. Ese que sí es guapetón, juguetón a veces, pero que junto a Lola es mucho menos de lo que puede ser.

De hecho el buen Mushu ha sufrido por varios ataques de celos porque ha visto nuestras reacciones hacia Lola (que aunque fea la vemos preciosa) y aunque ustedes no lo crean se ha tenido que aplicar como los grandes para ganarse de nuevo su lugar.

Lola no es perfecta. De repente gruñe. Ladra por las noches y hasta  se hace pipí cuando esta muy emocionada. Pero se le perdona porque de verdad es muy amorosa.

¿ Cuándo aprenderemos ?

¿ Cuándo usaremos a «esa Lola» tan especial que tenemos dentro ?

¿ Qué tiene que pasar para que nos apliquemos ?

¿ Y «Tu Lola», como anda ?

¿ La tienes amarrada ?

¿ Hace mucho que no la sacas a pasear ?

¿ No será que tendrías que aplicarte ?

Muchos Saludos

Jorge Ocaranza Freyia

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