El que el pueblo solo tuviera dos peluquerías había generado al través de los años muchas historias y un sin fin de meditaciones. Una de las mejores anécdotas era que mientras una de ellas estaba impecable, pulcra y el peluquero tenía un corte perfecto; la otra estaba desordenada y sucia. El corte del peluquero era malo y sus ropas seguido tenían hasta manchas de sudor.
La pregunta entonces era: ¿En que peluquería te cortarías el pelo? Por supuesto que muchos decían que en donde el peluquero pulcro y con el pelo bien cortado. Luego te hacían reflexionar sobre el que habiendo solo dos peluqueros, pues el peluquero con el buen corte había sido atendido por el desordenado y sucio.
Lo de la limpieza, el orden y la falta de pulcritud era para despistar.
Me parece que habemos muchos en nuestro querido país que vivimos despistados por esta historia. Pensamos que por ser buenos en lo que hacemos podemos descuidar este tema tan fundamental. Nuestra primera carta de presentación sigue siendo siempre muy importante. La primera impresión es básica. Todos los días. Nuestros lugares de trabajo, de transporte y donde vivimos deberían reflejar ambientes digamos impecables. Ordenados, limpios y pulcros.
Me late esto de trabajar en ser impecable. Sobre todo impecable en lo que salga de mi boca. Impecable en la manera de tratar a los demás. Impecable en cuidarme y atender a los míos.
Me late tener una peluquería impecable en muchos sentidos. Empezando por el peluquero.
¿Cómo sería «tu peluquería»?
¿Qué tan «buen peluquero» serías?
Nunca es tarde.
Saludos
JOF
Carlos Peralta
Excelente reflexion
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meditacionesparami
¡¡Gracias querido!!. Buena semana…
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Llesmí Fontecha Flores
Gracias por hacernos reflexionar en cada historia , la cuál la vivimos todos los días…
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