Lucrecia no tenía ni 12 años y ya era experta en saber cómo andaba su mente. Su mente era por un lado inteligente, inquisitiva y privilegiada, pero por el otro lado se lograba aferrar a diferentes situaciones y a veces pareciera que no lograba soltarlas. Esa mente brillante la torturaba a veces sin piedad.
Lucrecia se resistía a alguna situación que estaba experimentando y lograba mantenerla constantemente en su mente. Pensaba en ello, ya fuera pensando en lo mal que la hacía sentir o pensando que ya quería que cambiara o se acabara. Pensaba – y sentía – en todo lo que tenía que ver con ello.
Le dedicaba mucha energía y mucho esfuerzo, lo que ocasionaba que la situación se mantuviera y persistiera. Cuando estaba en ese modo de aferre negativo, atraía mas energía negativa y sucedían situaciones que no resolvían sus problemas.
En estos casos, Lucrecia podía comprobar una vez mas que la ley de atracción realmente funcionaba porque le traía lo que le pedía. Lucrecia estaba aprendiendo a tener cuidado con lo que pedía con sus pensamientos y emociones.
¿Cómo anda tu aferrómetro?
¿Normalmente te resistes y «no dejas ir» tus temas y entonces persisten?
¿Tu Lucrecia interna se desboca y termina torturándote y atrayendo energías no deseables?
Aprendamos a liberarnos y seguir adelante.
¡No te resistas!
Buen dia
Jorge Ocaranza Freyría