El Restaurador

Conocí a Adan en un tour en un parque nacional de Argentina. No sé si el se subió a mi taxi o yo al suyo, pero vale la pena compartir su historia.

Adan es el menor de una familia de 13. Una familia sin recursos que vive en el campo. El padre tiene un fuerte problema con el alcohol y a escasísimos instantes de que  mate a su mamá con un machete o viceversa, el juez dicta sentencia de que no se acerque más.

La madre se queda con 8 que aún dependen de ella y con un Adancito que tiene que salir a trabajar para poder comer. Más bien flacuchón, Adan tiene que trabajar a destajo en unas fincas limpiando la tierra. Un buen día termina sollozando, hincado de cansancio y desesperación bajo un árbol en una mañana demasiado caliente; perdido en la inmensidad de la selva. Perdido en la vida.

Decide en ese momento que no quiere más  seguir viviendo así.

El destino lo lleva a una clínica rural y lo aceptan como ayudante del ayudante. Logra en los primeros días convencerse a él y a los de la clínica que se quedará para siempre. Trabaja duro, trabaja bien. Trabaja con el corazón y descubre tener una gran empatía con los pacientes y empleados.

Se interesa de verdad y su vida cambia.  Los pacientes lo esperan, lo recuerdan y rezan por él. Comienza a estudiar y a prepararse participando en cualquier cantidad de cursos. Estudia enfermería, administración,  guía de turismo y demás.

Pasa todo tipo de penurias. Pasa hambre. Vive en lugares con techo pero sin luz y sin agua. Se casa y tiene tres hijos. Apenas van saliendo poco a poco. Sobra actitud, sobra determinación pero no sobran recursos para cosas superfluas.

Además de ir ayudando a sus pacientes – ya es enfermero de profesión – va ayudando a jóvenes que no tienen trabajo.  Restaura cientos de vidas al conseguirles trabajo. Habla con muchos y da cursos, pláticas y los motiva a cambiar. A prepararse, a creer en que Dios no te deja nunca, pero que tienes que darlo todo en el intento.

Adan habla y yo lo escucho . Estoy frente a un Restaurador de vidas y se lo digo. A él le gusta y se la cree.

Un chiquillo sin preparación, sin soporte familiar, sin un claro futuro y con todos los momios en contra se ha convertido en alguien que está dedicado a cambiar las vidas de los demás.

Adan tiene como 57 años y se compromete conmigo y con él mismo en finalmente estudiar medicina y cumplir con uno de sus máximos sueños.

“Después de que mi  hijo ya se tituló de médico y de que los otros dos sean profesionistas, ahora podré estudiar y ser médico» me dice con mucha convicción.

Nunca olvidaré a Adán el Restaurador de Vidas y espero asistir en unos años a su recibida de médico.

¿Cuál es el motor que movió a Adan y que nos puede mover a nosotros a cambiar nuestras vidas?

¿Con todos los talentos y preparación que has tenido, qué podrías hacer para contigo y para con los demás?

¿Tienes algún sueño pendiente por hacer  para contigo?

¿Tienes algún sueño pendiente para con los demás?

¿Para ser Restaurador , debe uno primero estar Restaurado?

Saludos y buena semana.

JOF

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