Recuerdo perfectamente cuando en un curso de superación, el ponente nos preguntaba que si para nosotros el vaso estaba medio lleno o medio vacío. Uno por uno nos fue preguntando si veíamos el vaso medio lleno o medio vacío.
Una cosa es medio pensar y medio contestarte y responderte si eres el tipo de gente que ve el vaso medio lleno o medio vacío. Otra cosa es declararlo en voz alta y por así decirlo, confesar públicamente que tipo de persona eres.
Confesión que podría ser más bien un deseo y no una realidad de lo que en verdad eres.
Por supuesto que en la vida vamos viendo el vaso a veces medio lleno y a veces medio vacío. A veces vemos todo lo positivo que tenemos y lo positivo de la situación. Vemos los atributos buenos de las personas, de nuestras labores, de nuestro México y de nuestro Dios.
Otras veces, nos fijamos en el «frijol negro» que toda sopa tiene. Nos fijamos en lo que las personas no hacen. En lo que les faltó. En lo que no son buenas. Somos expertos para detectar casi de inmediato los puntos del otro que aún no están bien. Dejamos de ver todo lo bueno. Dejamos de apreciar tantísimas cosas positivas. Nos volvemos críticos y mas bien yo diría criticones ( de lo malo ).
El síndrome del vaso medio vacío se apodera de nosotros. Nos fijamos en lo negativo. Nos fijamos en lo que nos hace falta y en lo que no tenemos. Somos muy buenos en fijarnos en lo que a los otros les falta y no lo tienen. En nuestras parejas vemos con mucha claridad » sus puntos débiles «. En nuestra familia vemos lo que otros si tienen y lo que nosotros no tenemos. En nuestros trabajos vemos con claridad todos los puntos en donde aún no estamos muy bien. En nuestro país ni se diga. La lista es enorme.
Ahora que estuve en el hotel, hicimos un ejercicio interesante. Realizamos una evaluación rápida de un departamento y de una persona en específico. La pregunta era: ¿ Del 0 al 100, que calificación le otorgarías a este departamento o a esta persona ?.
Las respuestas estuvieron bastante interesantes. Tuvimos muy pocas respuestas en donde la evaluación rápida era de 50 o menos. En esos pocos casos, la decisión que debía tomarse era evidente y la hicimos de inmediato; esa persona no podía seguir con nosotros.
La mayoría de las respuestas estaban entre 80 y 85. Había por así decirlo una bastante buena percepción o impresión de la persona o el departamento. ¿ Porque entonces insistimos en pasar el 80 o 85% del tiempo hablando de las cosas negativas y con mucha suerte el 10 o 15 % del tiempo hablamos solo de lo positivo ?.
Estoy de acuerdo que toda nuestra lucha será en mejorar todo aquello que tenemos que mejorar. Sin embargo creo que le damos mucho enfoque a la parte vacía del vaso y no a la casi llena.
Al estar enfocados en esa parte vacía; en ese 10 o 15 %, dejamos de validar, valorar y disfrutar la parte llena, el otro 85%.
Es valorando, reconociendo y agradeciendo ese 85 % de todos «nuestros vasos en la vida» lo que nos hace vivir más plenamente. Más felices.
Cual es la medicina o vacuna para el síndrome del vaso vacío? Pienso que la gratitud. El estar conscientes de lo que si tenemos. De nuestros vasos llenos. De lo afortunados que somos.
¿Y tú, ves el vaso medio lleno o medio vacío? ¿Lo ves casi lleno o casi vacío?
¿Será que tienes el síndrome del vaso medio vacío?
Te invito a que esta semana te observes y analices y veas en donde esta el enfoque de tu vida.
Buena Vida!!
JOF