Hace muchos años, en un monte llamado Tabor, Jesus tomó a sus discípulos consentidos y frente a ellos se transfiguró y les dio una probadita de lo que era el cielo.
Una voz potente se escuchó de los cielos y el Padre dijo:
“Este es mi hijo muy amado; escúchenlo”
Tengo que decirles que he escuchado este evangelio unas 100 veces y he tenido la fortuna de estar en el mismo sitio de la transfiguración. Y nunca había captado el impacto completo de esa frase.
“ Este es mi hijo muy amado “
Wow…
¿ Será que podrá decir lo mismo de mi ? Supongo que en el bautismo me lo dijo y se lo dijo a la comunidad. Supongo que nos lo dice todos las días. A su manera y con muchos ejemplos. Creo que el problema es que nosotros nos la tenemos que creer. Pero nos cuesta y hasta logramos degradarnos y degradar a los demás.
Esta dignidad de ser hijos de Dios e hijos muy amados es algo que como nos cuesta creerlo. Con esta creencia nuestras vidas serían totalmente diferentes. Mas plenas, mas completas, mas felices.
“Escúchenlo…”
Clarito como el agua mas clara. Lo único que El nos pide es que lo escuchemos. Y hablando de escuchar, como necesitamos nosotros que nos escuchen, que nos entiendan, que puedan comprender nuestros puntos de vista.
¿ Te sientes como El Hijo Muy Amado de El ?
¿ Te portas como tal ?
¿ Que tanto necesitas que te escuche El ?
¿ Que tanto tu Lo escuchas ?
¿ Estamos listos para transfigurarnos o mas bien estamos medio desfigurados ?
Muchos Saludos,
JOF