De cucarachas e ineptos.

Martín la vio pasar con toda claridad entre los sartenes de su querida cocina. Era una pequeña cucaracha. Las conocía perfecto y sabía mucho de ellas. Recordaba que no se movían mucho de donde vivían, decían que máximo tres metros. Vivían en las pequeñas ranuras de las cajas de cartón y en las fibras naturales de recipientes, muebles o lo que fuera. Podían llegar a ser una plaga terrible porque se reproducían de una manera increíble y se escondían como las grandes, o mejor dicho como lo pequeñas que eran.

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Martín se alcanzó a reír de su chascarrillo mental y se propuso pedir que fumigaran la cocina lo antes posible. Se apresuró a terminar con los platillos que le habían ordenado en el turno vespertino.

No fue sino hasta tres semanas después que Martín viera, no una, sino cuatro cucarachas corriendo discretamente por su cocina, cuando recordó que no había hecho el reporte para fumigar. Era increíble que se le hubiera pasado hacerlo. Pensó que tres semanas era mucho, así que en ese mismo instante le gritó a Luciana su asistente y le pidió que hiciera el reporte en ese momento. Él lo firmaría justo cuando terminara de filetear el huachinango que estaba preparando. Luciana hizo el reporte, Martín lo firmó y lo dejó en la bandeja de salida para que se enviara a la Gerencia de Alimentos y Bebidas.

El mozo que llevó el reporte de fumigación y otros papeles a la gerencia nunca llegó a su destino. En el camino se encontró con Sofía, una señorita muy mona de areas públicas, que la verdad le gustaba mucho y había estado queriendo llamar su atención. Sofía cargaba unas cajas, su escoba y dos recogedores. Martín corrió a ayudarle y resbalando cayó y se dio una raspada fuerte en sus manos. La sangre ensució los papeles que llevaba y terminó haciendo que Sofía ayudara y llevara al buen mozo a la enfermería. El enfermero encontró los papeles llenos de sangre que el mozo llevaba consigo y que habían quedado en su escritorio. Los tiró al basurero.

Durante dos semanas,  Martín esperó a que en cualquier momento llegaran los de la fumigación a hacer su trabajo. Ya veía cucarachas por todos lados y la situación se estaba poniendo muy difícil. Lo increíble por cierto es que Martín ya se estaba acostumbrando a ver a los bichitos todos los días y por todas partes.

Era jueves cuando decidió ir personalmente a la gerencia para reportar y exigir que atendieran el problema que al parecer solo él conocía. Le había estado doliendo la cabeza y como que tenía gripa. Martín nunca se quejaba, así que cuando Luciana le preguntó que si estaba bien, él le dijo que solo tenía leves molestias como de gripa. Luciana no se esperó nada y de inmediato le llamó al enfermero del hotel. En menos de 10 minutos, le habían hecho una prueba al buen Martín y había salido positivo del Covid. Fue escoltado a la salida del hotel y enviado a su casa a guardarse, curarse y recuperarse. 

“¡Que mala suerte!”, pensó Martín. “Había algo que tenía que hacer y no se acordaba que era”.

Mientras tanto, la plaga de cucarachas seguía creciendo sin control, hasta que llegaría alguien y descubriría lo infestada que estaba la cocina, la cámara de refrigeración y que tenían un serio problema. Se cerró la cocina, se mandó fumigar y no fue sino hasta 5 días después que se lograría medio controlar el asunto.

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Martín llegaría a trabajar tres días después de que cerraran la cocina y se sentía terrible. Él había descubierto “a tiempo” la plaga y diversas circunstancias habían evitado que se hubiera enfrentado el problema de frente y a tiempo. En el fondo sabía que él había fallado y que el sistema también.

Cuando le preguntaron que si había sabido de las cucarachas, él había contestado que si, que él había entregado el reporte… mismo que nunca apareció. Media docena de colaboradores habían visto también a las cucarachas. Personal de otros departamentos también.

No había pasado nada. Hasta que la plaga hubo explotado. Entonces sí es que se tuvo que tapar el pozo… después del niño ahogado… de las cucarachas en pleno…

¿Que «plagas o cucarachas» se están presentando en tu vida y que no haces nada por contenerlas?

¿En alguno de los departamentos que participas; casa, empresa, colonia, país, escuela, iglesia, etc. hay plagas o cucarachas que puedan hacer mucho daño?

¿Hay orden, limpieza e impecabilidad?

¿Estas esperando que alguien mas se encargue de arreglar el tema?

¿Ya te acostumbraste a la plaga?

¿Piensas que por si solo se va a arreglar sin que se haga lo necesario?

Nimodo, así empieza la semana, con temas de plagas con las que hay que enfrentar y acabar.

¡Saludos equipo! 

Jorge Oca

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