El experto aullador de perros.

La semana pasada, me tocó escuchar una plática de motivación en nuestra sala de ventas que comparto porque me pareció muy motivadora.

Conoció a Blackie a los 7 años y se enamoró del cachorro apenas lo vio. Desde ese momento le dedicó y se enfocó al perrito con todo lo que tenía. Lo acariciaba, le llevaba deliciosas croquetas para perros, jugaba con él y lo hacía sentir muy especial.

Era el perro de su abuela y cada vez que iba a su casa le hacía todo el caso posible. El perro se enganchó locamente con el niño y era todo un espectáculo ver cómo se ponía el perrito cuando el niño llegaba.  Primero comenzó a saltarle al niño y muy pronto comenzó a aullar cuando el niño pasaba al comedor “de los grandes” y no dejaban pasar a Blackie. Llegaron a ser tan molestos los aullidos, que muy pronto le daban chance al perrito  de pasar al comedor sólo cuando estaba el niño de visita.

Las despedidas eran también todo un show. Un par de veces el niño regresó a la casa después de haberse ido y desde entonces Blackie lo esperaba sentado frente a la puerta esperando su regreso.

Muchos años después, el niño recordaba con nostalgia, un poco de melancolía y cariño los aullidos del perro.

Ya habiéndose convertido en un coach de servicio, recordó el tema de hacer aullar al buen perro con sus atenciones, cariño y el haber hecho sentir tan especial al buen perrito. Lo asoció a tratar así a sus clientes internos y externos.

Todo el objetivo, pensaba, era lograr hacer sentir verdaderamente especiales a los clientes. Tan especiales que auténticamente aullaran por recibir la atención que querían. Después que aullaran por la atención a la que los habían acostumbrado.

¿Qué tanto estamos trabajando para hacer literalmente aullar a nuestros clientes?

¿Queremos que aúllen solamente porque sí, sin darles un trato verdaderamente espectacular o WOW o como le quieras decir?

«Nuestros perros» quieren que los hagamos aullar.

Les gusta aullar.

¿Estás listo para sacar lo mejor de ti y hacerlos felices y adictos?

¿Estás listo para modificar radicalmente tu actitud hacia tus clientes?

¿Quitarte la flojera, la apatía y ponerte las pilas para hacer una diferencia en sus vidas y en la tuya?

Te deseo que te conviertas en un experto y en un maestro aullador de perros.

Buena semana

Jorge Ocaranza Freyria

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