Susana tenía todo bajo control. Era ama de casa y atendía a su marido y a a sus dos hijos. En principio esa parte de «su chamba» ya le exigía bastante. Las comidas, la limpieza, el mantenimiento, la atención y los mil detalles que van saliendo a diario.
Tenía además a su mama enferma. La querida madre le exigía su presencia, su atención y el que ayudara a una bola de cosas que la estimada Susana tenía que ir arreglando. Lo hacía con gran gusto, pero cada vez le quitaba más tiempo. Sus grupos de biblia, lectura, padel y pintura la llenaban mucho de satisfacciones que no cambiaría por nada.
Susana había empezado a trabajar en un trabajo de «medio tiempo». Con la novedad de que «la Su» resultó buena para la chamba. Se le daba lo de los números y tenía un no sé qué, que hacía conexión con los clientes y con sus colaboradores. Conforme arreglaba asuntos, le llegaban más y más. Así que poco a poco la charola de su chamba se fue llenando.
Su amiga la Gutierrez la invitó a que ayudara en temas sociales. Resulta que tenían una casa para niñas que habían sufrido violencia familiar y habían logrado cuidar a varias. Las habían juntado en un nuevo hogar y las niñas iban a clases y rehacían sus vidas. Susana empezó a hacer una diferencia en la casa hogar. Ayudó a poner orden, a poner presupuestos y controles en la administración y en el cumplimiento de las niñas de objetivos básicos.
Susana era feliz. Le encantaba aportar valor a las diferentes cosas que hacía y veía como su mano ayudaba a varias personas y eso le daba muchas satisfacciones. Era cierto que tenía que hacer verdaderos malabares con su tiempo y que empezaba a llegar tarde a todos lados y a incumplir con algunas de sus tareas o responsabilidades. Pero parecía que no sabía decir qué no y seguía tomando compromisos nuevos.
Hasta que llegó el momento en donde sus platos rebozaron de tareas, compromisos y la buena Susana hasta se enfermó. Primero fue una fuerte gripa, luego una infección en la piel y hasta que terminó con una mega infección estomacal que la tuvo en cama durante varios días.
Cuando ni siquiera pudo cuidarse adecuadamente mientras estuvo enferma, Susana supo con claridad que su vida estaba desalineada por completo. Se dio cuenta que ya no estaba sonriendo como solía sonreír. Se daba cuenta de que había dejado de ser ella misma. Había hasta perdido de vista cuál era su enfoque principal. Cuál era el objetivo esencial que la hacía vivir intensamente. No había nada malo en cualquiera de sus múltiples tareas que hacía. El tema es que su plato se había desbordado y su enfoque se había diluido; llevándosela de paso a ella de corbata.
¿ Como anda » Tu Susana Interna» ?
¿
¿ Cómo anda de alineada y enfocada tu vida en cuanto a tus objetivos importantes ?
¿ Qué vas a esperar para poner un poco de orden en tu casa ?
Hoy es un buen dia para empezar.
Saludos
Jorge Ocaranza Freyria