Me encanta jugar Golf. Es algo que he hecho durante ya mucho tiempo y digamos que jugaba mas y mejor. Hasta que me empezó a dar lata la espalda y poco a poco he dejado de jugar. Y por supuesto que con mucha menos práctica, he jugado no muy bien. Una combinación perfecta para no disfrutar cosas en la vida. Poca práctica = mal resultado.
Así que ahí me tienen este fin de semana volviendo a jugar y buscando “mágicamente” regresar a mi nivel de juego anterior.
Entonces sucedió lo inesperado; le pegué a una bola tan pero tan mal, que me di cuenta de inmediato de mi error. Del terrible error. Estaba poniendo mi peso hacia la izquierda y por lo mismo no estaba girando. Al no girar, mis tiros salían cortos, en todas direcciones. Entonces me forzaba, inventaba y en una de esas cosas es por eso que me estaba lastimando la espalda. Al darme cuenta de mi error, lo corregí en un segundo y mis bolas de golf empezaron a volar y a volar. Mi autoestima creció mas rápido que la Bolsa de Valores después de un buen crack. Mi sonrisa volvió y lo disfruté en serio. Esto sucedió al final de la vuelta, pero ya quedó fijo en mi memoria y en mi larga lista de cosas que debo hacer y no hacer.
Es increíble como en la vida, “un pequeño detalle” te puede significar un cambio tan importante. Esos «pequeños detalles» luego son claves en varios temas en la vida.
- En el golf, girar es lo más importante.
- En las dietas, comer menos.
- En el amor y en la amistad, dar más al otro.
- En los negocios, generar valor.
- En la salud, cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente.
- En lo religioso, iniciar y fortalecer tu relación con Dios.
El problema es que luego dejamos de tener conciencia de los detalles importantes y los dejamos de hacer. Al no hacerlos, el resultado final es terrible. No necesariamente es solo un detalle, sino todos los diferentes «pequeños detalles» que afectan ese punto clave.
¿No podemos entonces dejar de estar conscientes y hacer los puntos claves en lo que hacemos? Creo que los problemas suceden cuando perdemos, nos olvidamos, o nos aflojeramos o aflojamos y perdemos de vista lo clave.
«Dejamos de girar» en nuestros diferentes temas en la vida y entonces «nuestras bolas» ya no vuelan, salen francamente pedorras.
¿No «giras» al cuidarte a ti mismo? Cuidado porque cualquier bicho, cualquier creencia o tus malos hábitos pueden ponerte y tenerte en condiciones inaceptables y hasta peligrosas.
¿No «giras» en el amor y con tus amistades? No será que estás mas ocupado y preocupado por ti mismo. ¿No será que mas bien te fijas en lo que quieres y esperas que te den y no en lo que tu puedes y te conviene dar, depositar o invertir en esas personas que dices que son tan importante para ti?
¿No «giras» muy bien en tu chamba y/o en tus negocios? ¿Te has puesto de manera consiente a evaluar qué tanto valor agregado le estás dando a quién te emplea y a tus clientes? ¿O mas bien te ocupas en buscar mas ingresos sin necesariamente dar mucho mas a cambio? Cuidado…
Debe de haber una substancia en el cuerpo que luego nos hace olvidarnos de verificar y checar que estemos cuidando de esos «pequeños detalles» que son tan importantes para que nuestras bolas vuelen largo, alto y muy bonito.
Si hay algo en donde «no están volando bien tus pelotas», ponte abusado, analiza bien la situación y haz esos pequeños cambios para que disfrutes, estés orgulloso y seas feliz. No sigas por lo que mas quieras, jugando esos juegos sin brillar como lo quieres hacer.
¡Buena semana equipo!
Jorge Ocaranza Freyria