Sin deberla ni temerla, hace mucho tiempo, el gran meteorito impactó a nuestro querido planeta. Todo cambió. Murieron y desaparecieron miles de especies de animales y plantas. Nada siguió igual…
El accidente sucedió inesperadamente. Las vidas de varios terminaron en ese preciso momento. Para familiares, amigos y compañeros de trabajo, todo cambió. Nada siguió igual. Todo cobró un valor diferente.
Le enfermedad apareció súbita y drásticamente. El cuerpo, la mente y el corazón explotaron ante el dolor y la angustia. Todo se transformó.

La relación sufrió un golpazo de muerte. Los lazos divinos se rompieron profunda y lamentablemente. Las almas se sacudieron incrédula y lastimosamente.
La pérdida de ese bebé, de ese hijo, de ese amigo, de esa pareja, de ese ser tan querido y su partida definitiva nos sacudieron profundamente y no volvimos a ser los mismos.

Los diferentes «meteoritos» que súbitamente nos sacuden y confrontan profundamente, pueden de hecho ser el inicio de una mejor versión de nosotros mismos. De alinearnos con lo que de verdad importa.
Personas que disfrutamos mucho más de los momentos presentes al no estar “atorados” en el pasado o en el futuro.
Personas que valoramos profundamente lo que sí está, lo que sí somos, lo que sí hay… hoy. Vivimos entonces agradeciendo y disfrutando.
Personas que despertamos a lo que somos ( a nuestra identidad), a nuestro propósito y al camino que debemos recorrer para vivirlo.
Personas que tomamos conciencia de que es momento de cuidarnos, tratarnos con más compasión y soltar tantas cargas que ya no nos sirven y que no queremos seguir cargando.
Mi deseo es que no esperes a que el siguiente «gran meteorito» te haga romper con tantos hábitos inconscientes que manejan tu vida y que no necesariamente te ayudan.
Mi deseo es que no esperes al próximo «gran meteorito» para despertar. Qué logres “mirar distinto” hoy. Que te mires distinto. Que no necesites más golpes para recordar que estás vivo, que estás aquí… y que eso basta para empezar a transformarte.
Si el gran meteorito te ha despertado y te ha quebrado… también te está reconstruyendo. Si la vida se tomó tan en serio la tarea de sacudirnos, que al menos nos tomemos en serio esto de cambiar.

Hoy, la vida te lanza “pequeñas piedritas” de conciencia: una conversación, un silencio, una pérdida, un dolor, una mirada. No esperes a que el próximo meteorito te obligue a frenar.
No todas las sacudidas destruyen… algunas despiertan.

Ojalá que ésta te despierte a ser tu mejor versión.
No mañana.
Hoy.
Abrazo Cariñoso
Jorge Oca