Mi incendio, tu incendio, su incendio.

SERIE DEL INCENDIO (2)

Pareciera que desde pequeños nos han enseñado y programado a sentirnos como el centro de nuestras vidas. Lo que importa es lo que yo pienso, lo que yo siento, lo que a mí me sucede. Y así, yo estoy ensimismado en mí, tú en ti y él y ella en ellos mismos.

Es así como todos estamos juntos, pero al mismo tiempo estamos solos; con nosotros mismos.

Cuando sucedió lo de mi incendio, tenía todos los elementos perfectos para ensimismarme y pensar en lo terrible que había sido todo. Una perfecta historia para contarme. Mi casa, mis cosas, mi familia, mis pérdidas, mi sufrimiento, mi dolor, mi preocupación, mi angustia. Un relato con todos los ingredientes para convertirlo en un gran relato.

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Descargando mi relato con alguién mAs, estuve consciente de que esta persona tenía también su propio relato. Era igual de sufrido, de intenso y tenía también todos los elementos de un buen incendio.

Me di cuenta de que todos estamos cargando con nuestros propios incendios. Muchos pensamos que el nuestro es el Gran Incendio. Y de verdad hay muchas razones para que «el nuestro» sea Él Incendio. Alguna pérdida de un ser querido o un familiar. Alguna enfermedad terminal de un conocido o relativo. Alguna pérdida amorosa, depresión, ansiedad o herencia perdida o mal lograda. Cualquier incendio que nos ponga de nuevo en el centro del universo.

Y tal como lo vimos ahora en la pandemia, nos encerramos en nuestro cuarto, le echamos ganas a sentirnos solos, miserables y pensando solo en nuestra «terrible realidad». En ese estado, la mente trabaja intensamente por re-contarse y magnificar «el incendio» y normalmente hace un gran papel. Es poderosa, es intensa y no distingue lo que nos conviene.

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Me di cuenta al abrir un poco mi entendimiento y escuchar a los demás, que cada quien tiene «su gran incendio«. Muchos lo sufren clara y abiertamente y otros lo sufren de manera contenida. Él, ella, todos tenemos y sufrimos nuestro «gran incendio».

Al estar ensimismados, perdemos la capacidad de tener y sentir empatía y compasión por los demás.

El relato que nos contamos es absolutamente parcial, porque también estamos llenos de bendiciones, de temas positivos, de casi todo que funciona bien en nuestros cuerpos, en nuestras relaciones y con los nuestros.

Los incendios en nuestras vidas suceden con propósitos claros y definidos.

Uno de ellos es el de darnos cuenta de que los demás están viviendo los suyos. Seamos conscientes de esto. Dejemos por un momento de pensar solo en nosotros mismos. Veamos al de junto. Escuchémoslo. En una de esas logramos conectar con él o con ella. De esa conexión normalmente surge la magia.

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Abracémonos. ¡Vaya que nos hace mucha falta a todos! Y claro, cuando yo te abrazo, normalmente recibo de ti un abrazo que tanto necesito de regreso…

Buen día,

Jorge Oca

Un comentario sobre “Mi incendio, tu incendio, su incendio.

  1. Avatar de Desconocido

    Anónimo

    un aprendizaje más…. los seres humanos somos muy comprensivos con nosotros mismos pero muy pocos nos ponemos en los zapatos de los otros!!! Y más doloroso que en esos momentos que estamos en dificultades nos molestamos si los demás no nos preguntan que tenemos, más jamás nos preocupamos en tampoco nosotros preguntar; porque estamos tan enfocados en nuestros propios incendios que jamás alcanzamos a ver el fuego 🔥 de los dem

    ás

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