SERIE DEL INCENDIO (1)
Todo comienza en un instante. La chispa aparece, se crea y es a partir de ella que mucho sucede.
El incendio comenzó con una chispa. El contacto eléctrico generó una chispa que estaba en contacto con pelusas de la alfombra. Junto con un ambiente muy seco, con papel, madera y la cortina…
La chispa finalmente inició todo.
La amistad comenzó con una chispa. Un momento de escucha, de empatía, de conexión. La amistad creció increíblemente porque se sintieron reconocidos, atendidos y queridos.
El trabajo comenzó con una pequeña chispa. Una recomendación, algo temporal, un mientras decido qué hacer. El trabajo se convirtió en una forma de vida en donde el crecimiento personal, profesional y social se detonó en la persona y en los que estaban en esa familia de trabajo.
La relación amorosa comenzó con una pequeña chispa también. Un pensamiento, un pequeño sentimiento, fueron suficientes para que la vida cambiara. El amor se detonó y creció como fuego en un pastizal seco. Los vacíos se comenzaron a llenar, los cariños se desbordaron y fue multiplicándose esa capacidad de amar y de ser amado.
Nuestra espiritualidad se detona con una pequeña chispa. Un momento divino en donde claramente estamos conscientes de que no estamos solos y que la divinidad que está en nosotros es finalmente experimentada. Esa chispa hace arder en nosotros una parte nuestra que vibra y le dá propósito a nuestras vidas de manera más profunda.
Pareciera que nuestras vidas están formadas por eventos en donde las chispas aparecen e inician y nos transforman.
Hace cosa de tres meses, una pequeña chispa vino a transformar nuestras vidas. Inició un incendio en nuestra casa y muchas cosas cambiaron. Tuvimos que ir a vivir a otro lado, comprar ropa y muchas cosas nuevas. Valorar lo que ya no teníamos. Apreciar las muestras de cariño y solidaridad que tanta gente nos ofreció. Entender que hay prioridades y que lo importante es que estábamos bien físicamente. Pero qué emocional y económicamente la afectación era importante.

Que se valía sentir y abrazar esos sentimientos encontrados. Aceptar que muchos estaban inmersos en sus propios “incendios” y que eran incapaces de abrazarnos de verdad. Entender cómo uno mismo en la vida se pierde en sus propios incendios y no abraza a los de junto, que también están viviendo sus propios incendios.
La dichosa chispa pedorra vino a poner en nuestras vidas un alto y a obligarnos si o sí a revisar y replantear muchos temas.
Sin duda que la vida nos seguirá regalando muchas chispas en diversas partes de nuestro camino.
Me parece que la administración de los combustibles que vamos cargando y almacenando es fundamental.

Combustibles que de no tenerlos adecuadamente almacenados, pueden prender grandes incendios con las chispas que seguramente vendrán.

Existen muchos combustibles que hay que desactivar. Corajes contenidos, celos, envidias, sentimientos de no ser suficientes, de no ser reconocidos, de no ser valorados, de no ser importantes, de no ser valiosos.
Rencores, falta de perdón, enojos…

Todos estos «combustibles» pueden lograr incendios terribles o maravillosos en muchas áreas de nuestras vidas.
Qué estemos conscientes que la administración de nuestros combustibles almacenados es parte fundamental de que los posibles incendios no sean mas que temas menores.
Por otro lado, te deseo incendios llenos de empatía, cariño, servicio, amor y mucha paz. Que la abundancia en nuestras vidas sea «un incendio» permanente.
Como siempre, son meditaciones para mí…
Abrazo equipo, contento de estar de regreso.
Oca
Anónimo
excelente reflexion
GAD todo lo que se perdió se puede recuperar
fuerte abrazo querido amigo
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Anónimo
Wow Jorge. Me clavé leyendo todo. Me encantó tu comparación. Hay que tener ojo con los incendios que pueden nacer de algo no tan bueno. Que bueno que estas tan bien y de regreso. Ustedes son un suoer ejemplos
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Anónimo
me encantó, muy cierto!
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Anónimo
Muy buena reflexión
sobre todo esta parte: «Existen muchos combustibles que hay que desactivar. Corajes contenidos, celos, envidias, sentimientos de no ser suficientes, de no ser reconocidos, de no ser valorados, de no ser importantes, de no ser valiosos.
Rencores, falta de perdón, enojos…» hay que desactivarlos y ayudar a otros a desactivar.
siempre es buen momento para parar, meditar, reflexionar y replantear todos nuestros combustibles
Gracias por su reflexión, que nos pueden ayudar.
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Anónimo
Tienes toda la razón la vida es una chispa en si, hay que valorar lo que ahora está, vivir en el presente, por que nunca sabes que cosas nuevas traerá esa chispa o cuáles se lleva.
gran reflexión saludos
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Anónimo
Siempre agradecida de La Chispa que generó nuestra amistad! (Y lo escribo con mayusculas por que estoy segura que fue Él.
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Anónimo
Siempre estaré agradecida de La Chispa que inició nuestra amistad. Lo pongo en mayusculas por que estoy segura que fue Él.
me encantó.
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