Tu película de Víctima…

El maestro budista Kyodo Williams no podía dejar de reírse a carcajadas. Sus alumnos estaban acostumbrados a casi cualquier cosa en sus clases y en sus largas meditaciones. Esto era nuevo y ya  varios comenzaban a reírse con él. Cuando finalmente pudo controlar el agradable ataque de carcajadas, les explicó:

Photo by Aditya Parekh on Pexels.com

«Fíjense que hoy les voy a compartir sobre cómo las historias dolorosas que nos contamos una y otra vez, pueden incrementar nuestros sufrimientos. Vamos proyectando cada uno en nosotros mismos una película. Son escenas que alguna vez vivimos y que de alguna manera nos dejaron una impresión emocional fuerte. Por alguna razón perniciosa, o sea que nos hace daño, las repetimos una y otra vez en nuestra mente; en nuestra pantalla privada de cine.

Nuestra cartelera incluye pocas películas llenas de escenas alegres, tranquilas, motivadoras o inspiradoras. Más bien, son películas que nos tienen como hámsteres reviviendo las heridas de nuestra juventud de manera inconsciente o consciente. Pareciera que el escritor de nuestras películas ha tenido una especial atracción por las palabras; no amado, no apreciado, no querido, no atendido, no reconocido, no visto o no suficientemente bueno, listo, atractivo, fuerte, o no encajaba con su color de piel, género, posición o clase.

Photo by imustbedead on Pexels.com

Lo único que puede repocisionar nuestra relación con nuestra experiencia de vida es la RESPONSABILIDAD

«Siendo que nuestras vidas sólo serán vividas y proyectadas por nosotros mismos, nos toca a nosotros ser responsables. Responsables de cómo procesamos y escogemos, como responderemos ante lo que sea que la vida nos regale. Nadie puede controlar lo que nos suceda, pero sí cómo lo acomodamos en nuestras películas.«

Photo by Ron Lach on Pexels.com

«Tenemos finalmente que destrozar el mito interno de que NO NOS  merecemos mucho más gozo, amor y tranquilidad en nuestras vidas porque somos _______________ (llenar el espacio con tus creencias negativas sobre ti mismo). Nos condenamos entonces a nuestro rol de víctimas en nuestras propias películas

El grupo de jóvenes monjes guardaron un silencio profundo. Todos eran conscientes de las veces en donde en sus películas internas habían sido víctimas estelares…

Hasta que uno de los más jóvenes novicios rompió con el silencio preguntando : «¿Y ante esta penosa realidad maestro, porque la tremenda carcajada?»

«Me he dado cuenta de que la vida nos manda eso que le pedimos o proyectamos o necesitamos para crecer: ¿Te sientes no apreciado o no amado?, la vida te pone con gente que TE AMA, pero que no necesariamente te lo demuestra como tu lo necesitas… ¿No te sientes inteligente o atractivo?  La vida se encarga de ponerte situaciones en la cara para que crezcas… Si no partes agradeciendo y reconociendo lo que sí tienes (y es increíble todo lo que sí tienes) y te sigues enfocando en lo que piensas que no tienes o eres por esas heridas de juventud, entonces seguirás haciendo papeles estelares de víctimas.

Photo by cottonbro studio on Pexels.com

La vida necesita de muchos actores que tomen su responsabilidad y proyecten películas llenas de gozo, amor y tranquilidad. Nuestro mundo, vaya que lo necesita.

¡¡Abrazo a todos los actores que andamos queriendo cambiar de roles de mártires…!!

Jorge Oca

Deja un comentario