El perrito estaba haciendo lo que los perros hacen. Descansaba, buscaba que le dieran más comida y por supuesto descomía. Lo que “mas hacía mejor” era estar presente con su ama y mostrarle su amor en cada instante. En esta época, el perito tenía el pelo muy largo y el calor de este año le afectaba mucho.

Su ama adorada lo veía y apapachaba pero parecía que no se daba cuenta de cuánto le afectaba esto del pelo largo.

Como suele suceder de repente, su dueña tuvo un instante de presencia e inspiración y al ver a su querido perrito, le dijo a su marido: “¿ … Y si pelamos al perrito … ? “.  Tomando al perrito, lo lavó, lo peinó y le dejó su pelo bien cortito. El perrito siguió siendo feliz, pero ahora con mucho menos malestar por el calor.

¿Y tú, cuántos “perritos” tienes en la actualidad que les tienes que “cortar el pelo”?

¿Cuántos “perritos” en tu vida existen y viven en tu presencia y no los ves y no te das cuenta de que “tienes que entrarle”? 

¿Que tanto mejoraría tu vida si “le cortas el pelo” a diferentes situaciones que te tendrían más ligero, más contento, más amoroso?

¿Qué tanto ayudarías a a los que están en tu círculo de influencia y que si alguién “les da una peladita” podría mejorar su vida.
Muchos tenemos épocas en donde no le entramos y no “Pelamos al perrito”.

Hoy te invito a que selecciones un par de situaciones en donde habría que entrarle y arreglarlas. En donde un poco de tu tiempo y enfoque podrían mejorarlas mucho y ayudarle tanto a ese, a esa y por supuesto a ti.

Abrazo y saludo a “tus perritos”…

Saludos

Jorge Oca