Hoy es el cumpleaños de mi mamá. Ya son 84 años del día del Niño – 30 de abril – que nos la han prestado. He meditado mucho sobre ella en estos tiempos de aislamiento y de preocuparnos sobre todo por la gente mayor. El virus no perdona a los adultos mayores con condiciones de salud delicadas.

Lo primero que quiero hacer es agradecer que aún esta con nosotros. Luego pasamos tiempo pensando – y a veces criticando – todo lo que nos parece que no piensan o hacen bien. Perdemos tiempo muy valioso no viendo lo que SÍ hay y queriendo ver lo que no hay. Esperando lo que nos gustaría que fueran. Mucho de lo que somos es gracias a ellos, así que hoy –  públicamente – te doy las gracias, Jefa, por todo lo que has hecho por mí. Me diste la vida, me educaste, me cuidaste e hiciste tu mejor esfuerzo porque saliera un hombre de bien. Reconozco que me gusta como me educó y los valores que me inculcó. Agradezco su preparación religiosa y sobre todo el que siendo Médica me haya enseñado el atender y servir a los demás. Muchas gracias, muchas gracias, muchas gracias!!!

Lo segundo que quiero hacer hoy es pedirle perdón. Perdón por todas las veces que no la he tratado como la he debido tratar. Perdón por las veces que no he sido paciente, que no le he dado su lugar. Perdón por no haber estado tan pendiente siempre. Perdón por las veces que no he actuado como un digno hijo suyo. Perdón, perdón, perdón!!!

El amor que recibe uno de sus padres es de los regalos más maravillosos que uno pueda tener. Muchos de nosotros buscamos ese amor toda la vida. Esa aceptación, reconocimiento, cariñito, apoyo, apapacho y demás. Algunas veces nuestros padres también andan buscando a su vez eso mismo en sus padres o en alguien más.  Luego “se descuidan” y no nos dan lo que tanto anhelamos y tanto necesitamos. Te perdono también Jefa, por todas las veces que te necesité y no pudiste estar. Te perdono por todo lo que pudiste haber causado por omisión, por acción o por lo que sea. Eres mi madre querida y como yo, falible y cargas como yo y como otros tantos, una buena carga de «equipaje» a cuestas.

Espero aprovechar los últimos años que nos queden juntos y que nos comuniquemos mas y mejor. Espero que nos disfrutemos, que nos podamos reír mucho y que nos acompañemos en los momentos que nos queden juntos. Sé que cuento contigo incondicional y totalmente. Tú cuentas conmigo también para lo que tú quieras.

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Te quiero y le doy gracias a la vida y al Señor por haberte puesto a ti como mi madre.

Muchas Felicidades Jefa.

Saludos,

Jorge Ocaranza Freyria