Ana Karen estaba encantada. Había logrado ahorrar lo suficiente para comprarse una blusa para estrenarla en su graduación de primaria. Lo había logrado cuando Marlene su maestra le presto 8 pesos para «acompletar» lo que le faltaba. Había dejado de desayunar por 4 semanas y peso por peso había juntado para su blusa.

El papa de Karen las abandono cuando nació Lupita su hermanita. Nació ciega y sin los glóbulos oculares.

Ya de por sí sus primas la molestaban demasiado porque era la más pobre de todas. Pero aprendió a sobreponerse.

Su mama no podía dejar sola a su hermanita y no ha podido tener un empleo estable. Sus necesidades son demasiadas.

Superaron también un soplo en el corazón  cuando Lupita nació y una picadura de alacrán cuando tenía apenas 18 meses. Ahora necesita unas prótesis en sus ojos para que sus párpados no se le hundan porque ya creció.

Pero eso sí, se puso muy contenta cuando le regalaron unas chanclas azules para su hermanita. Lupita le preguntaba: » Hermana, que tan bonita me veo con mis chanclitas azules?». 

Lupita le tiene miedo a la noche y aunque no puede diferenciar cuando es de día o de noche, escucha con claridad cuando su mama apaga el foco de su casita en el cerro de Zihua.

Cerro que según ha escuchado muchas veces, tiene una vista muy linda de la bahía.

Mi corazón para Ana Karen, para Claudia, para su madre y todas las guerreras que luchan día a día por salir adelante.

Buen fin

JOF