El pescador que volvió a ser feliz

Estábamos pescando en un lago de Muskoka, Canadá. La mañana estaba horrible. El cielo estaba totalmente cerrado y había llovido justo antes de que nos subiéramos a nuestra lanchita de pescar.

El capitán era un pescador profesional y se dedicaba a competir en un serial de pesca de lobina por varios lagos de Canadá durante el verano.

Su pasión era la pesca y tenía a los 49 años dos hijos; uno de 6 y otro de  2. Su mujer era una viuda de la pesca. Había sido el campeón del año pasado. Su vida eran los lagos y su pesca.

Nos llevó a pescar a una zona del lago en donde el viento no pegaba tan fuerte. Y estábamos plácidamente pescando desde la lancha cerca de la orilla.

«Y porque hacen las casas sobre el agua»  le pregunté.

«No son casas, son para guardar las lanchas de las casas que están más adentro entre los árboles. Las ves?»

Y como no las iba a ver. Eran enormes. » Fíjate cómo esta casa para botes tiene tres puertas. Una para la lancha del papa, otra para la de la mama y la tercera para la lancha del hijo. Y arriba le construyeron unas recámaras para visitas. Es más grande que mi casa.»

Y a partir de ahí no dejó de hablar y cada vez se molestaba más. «El gobierno no debería permitir a la gente tener tanto ni gastar tanto. Deberían tener una cuota máxima».

«Ves la casa en esa colina, ahí el dueño  tiene la colección más grande de Ferrarís del mundo. Llega en helicóptero desde Toronto y me han dicho que no se baja de el sino hasta que le pongan su alfombra. Aarghhh».

Y entonces picó un pez en la caña de Pame y en un segundo se olvidó de sus quejas y feliz ayudó a subirlo y a soltarlo.

Logró regresar a su pasión y se olvidó de las diferencias tan grandes que había – en su mente – entre el y cientos de casitas en el lago.

Que tengas bonito día.

JOF

4 comentarios sobre “El pescador que volvió a ser feliz

  1. Silvano Ramos Añorve

    Muy cierto nosotros a veces nos enfocamos en los demás en que hacen o dejan de hacer y perdemos el rumbo de nosotros mismos dejamos de ver que no hacemos nosotros y que dejamos de hacer y que podemos hacer para hacerlo mejor, y nos olvidamos de nuestra pasión.

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